Todo el mundo sabe qué es una cistitis: la sensación de dolor, escozor, urgencia al orinar que afecta fundamentalmente a las mujeres sin respetar edades.
Es muy raro encontrar a un mujer que no haya acudido a su médico de cabecera al menos una vez en su vida padeciendo estos síntomas.
Pero ¿saben ustedes que más de un 50% de las mujeres que acuden a un servicio de urgencia con estos síntomas no son diagnosticadas correctamente?
En un estudio reciente publicado en la Sociedad Americana de microbiología llega a las siguientes conclusiones:
-Más de la mitad de las pacientes diagnosticadas de infección urinaria no tenían tal infección
-Un 37% de las pacientes diagnosticadas de infección urinaria padecían una enfermedad de transmisión sexual, que no había sido diagnosticada.
Una enfermedad tan frecuente y con tal alto porcentaje de error en su diagnóstico ha llevado a reconsiderar las actuaciones que los médicos debemos realizar antes de diagnosticar y tratar una infección urinaria.
¿Por qué es importante evaluar y diagnosticar correctamente a nuestros pacientes?
1)Evitaremos un uso excesivo de antibióticos.
2)Evitaremos que aparezcan resistencias a los antibióticos por un mal uso de los mismos.
3)Evitaremos los efectos secundarios del uso de antibióticos que no son necesarios.
4)Tendremos la seguridad de saber que tipo de infección o lesión tiene la paciente.
El problema, para el médico, surge cuando llega la paciente con los síntomas de cistitis que ya hemos descrito y lo primero que se realiza es un análisis «de tirita» en la consulta. Este tipo de análisis, está demostrado que solamente en un 8% de los casos predice con exactitud un cultivo positivo.
Es decir que si nos basamos solo en los síntomas que nos está contando la paciente y los resultados de la «tirita», tenemos un 92% de posibilidades de no acertar en el diagnóstico correcto.
Si además tenemos en cuenta que los síntomas de una enfermedad de transmisión sexual pueden ser muy similares a los de una infección urinaria llegaremos a la conclusión de que muchas de nuestras pacientes con posibles enfermedades de transmisión van a ser mal diagnosticadas y por tanto mal tratadas.
Por otra parte se demuestra que muchas de las pacientes que estaban siendo tratadas con antibióticos no tenían ningún tipo de infección ni urinaria ni de transmisión.
¿Parece raro verdad?, pues ocurre.
Por otra parte existe una queja muy fundamentada de las pacientes que padecen por primera vez o de forma recurrente una cistitis, y es la gran dificultad que tienen de poder ir al urólogo cuando empiezan a notar los primeros síntomas.
Las pacientes no saben que hacer, por una parte no quieren empezar a tomar antibióticos sin haber sido asistidas y correctamente evaluadas por un médico, por otra saben que si esperan unos días los síntomas que antes hemos referido irán agravándose, convirtiéndose en algunos casos irresistibles.
En mi opinión debemos cambiar nuestra percepción y forma de actuación antes estas pacientes. Es evidente que no se trata, en la mayoría de los casos, de una enfermedad grave pero debemos darle la importancia que tiene y actuar con la celeridad que requiere.
Un consejo práctico para aquellas pacientes que sufren cuadros de cistitis con cierta frecuencia: compren en la farmacia un bote estéril para toma de muestras de orina y guárdenlo, cuando empiecen los primeros síntomas y antes de tomar ningún medicamento, recojan la orina y llévenla al laboratorio para realizar un análisis con cultivo de orina e inmediatamente pida cita con su urólogo o médico de familia.
Habrá ganado un tiempo precioso para un diagnóstico adecuado.
Nuestro consejo siempre es el mismo, si tiene los síntomas típicos de una cistitis acuda al urólogo para ser evaluada, diagnosticada y tratada adecuadamente.
Los medios que utilizamos son sencillos, rápidos e indoloros y permiten enfocar un tratamiento correcto que evite el estar tomando antibióticos de forma inadecuada.
