El estudio presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2014 evidenció que la aparición de un pliegue en el lóbulo de la oreja es actualmente uno de los indicadores para prevenir patologías cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares.
Si usted es de los que se preocupa por su salud practicando deporte y llevando una vida sana en general, no se alarme ni corra hacia el espejo. Si por el contrario hablamos de excesos en el día a día, sería recomendable visitar a su médico para un chequeo. Es posible que sea hipertenso, diabético o hipercolesterolémico.
Las lesiones vasculares originadas por la arteriosclerosis y la mala circulación, pueden provocar la aparición de un pliegue de 45º en los lóbulos de las orejas, actuando como marcador cardiovascular. El estudio ha supuesto un avance en la prevención y detección de enfermedades cardiovasculares. Entre los datos obtenidos, el 48,9% de las 300 personas que habían sufrido un ictus presentaban dicho pliegue.
El ictus ha llegado a ser un importante problema de salud por su alto índice de casos, las secuelas que genera (y la influencia de éstas en la calidad de vida de los que lo padecen) y por su enorme impacto económico. En España se producen unos 130.000 casos al año convirtiéndose en la primera causa de discapacidad en adultos.
Como coordinadora de la unidad de enfermería en el hospital de rehabilitación neurológica Casaverde Mutxamel, veo a diario las secuelas que se provocan a raíz de un accidente cerebrovascular. En la mayoría de los casos, una pregunta recurrente de los amigos y familiares es si se podía haber evitado.
Efectivamente en el 80% de los casos es previsible. Aunque no exista una fórmula para evitarlo, la recomendación es que acudan periódicamente a sus visitas médicas para evaluar los posibles factores de riesgo y puedan disminuir las probabilidades de padecerlo. Por estas razones, toda investigación que ayude a detectar y prevenir los accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares, debe seguirse de cerca y servir como punto de apoyo en materia de prevención.
Quizá no podamos asegurar una fórmula para evitar un ictus, lo que sí conocemos son sus factores de riesgo, medidas preventivas para su identificación y corrección y la reducción de sus probabilidades.
Los expertos coinciden en que el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y/o drogas, la hipertensión arterial, los elevados niveles de colesterol en sangre, la diabetes, la obesidad, la vida sedentaria, las dietas ricas en sal y en grasas y enfermedades del corazón, como la fibrilación auricular son factores de riesgo que se pueden prevenir y controlar o modificar.
Christian Flèche en su libro «El origen emocional de las enfermedades», relaciona algunas enfermedades directamente con las emociones, por lo que me atrevo a recomendarles que se amen a ustedes mismos y a los que les rodean, amen la vida? y revisen sus orejas.
