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Hay que proteger los ojos igual que la piel

Con la llegada del verano hay que extremar las precauciones debido a los baños frecuentes en el agua de playas y piscinas que pueden provocar un aumento de hasta un 20 por ciento en los casos de irritación en los ojos, respecto a otras épocas del año. El doctor Enrique Chipont, director médico de Oftálica advierte que, «la conjuntivitis, los ojos rojos, el quemazón, el escozor, el lagrimeo, la fotosensibilidad y la sensación de cuerpo extraño en el interior del ojo son algunos de los síntomas que pueden padecer un elevado número de usuarios que acude a este tipo de instalaciones durante las vacaciones de verano".

Este tipo de problemas tienden a aparecer con mayor frecuencia cuando el agua de las piscinas contiene una cantidad de cloro alta y la del mar no se encuentra en las mejores condiciones de higiene y salubridad.

En verano es importante proteger los ojos de igual manera que se hace con la piel. El cloro de la piscina y el agua del mar pueden provocar daños en el ojo, que se pueden evitar si la protegemos correctamente. Además, «si notamos cualquiera de los síntomas asociados a la conjuntivitis, debemos acudir lo antes posible a un especialista en oftalmología y no automedicarnos».

Para evitar la aparición de infecciones oculares, el doctor recomienda extremar las precauciones higiénicas, especialmente en niños, los cuales son uno de los colectivos más afectados por estos problemas, ya que la aparición de conjuntivitis en la población infantil aumenta más de un 40 por ciento durante la época estival.

Cuidado con los niños

Ante los primeros síntomas asociados a la conjuntivitis, no se froten los ojos, ya que se evita una infección más grave, con especial cuidado de la población infantil. Es recomendable que se lave la zona ocular con abundante agua si presenta molestias por la entrada en el ojo de sustancias extrañas y que no se abran los ojos bajo el agua, sobre todo si se ha sometido a alguna intervención ocular reciente, por lo que, se deben usar gafas de bucear. «Utilizar gotas oculares para hidratar al ojo y aminorar los efectos de picores y enrojecimiento, a la vez que se usen las lentes de contacto el tiempo recomendado por el especialista de la visión y evitar usarlas en lugares con excesivo viento».

Por otra parte, se debe hacer uso de gafas protectoras con lentes de material orgánico durante la práctica de deportes acuáticos como natación, para evitar la entrada de cuerpos extraños en el globo ocular y que, en caso de sufrir síntomas de enrojecimiento, dolor o secreciones oculares, se acuda a un especialista y se evite la automedicación.

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