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Tribuna

Reconociendo un ictus

Parálisis facial parcial, diferente capacidad para levantar la mano izquierda o la derecha y problemas de lenguaje son señales claras que exigen una llamada al 112

Reconociendo un ictus

Usted, lector, seguramente sabe que un dolor en el lado izquierdo del pecho es un signo de alarma, a partir del cual tiene que buscar ayuda médica. Y ante una persona que se desmaya, ni qué decir. Pero, ¿sabría reconocer los signos de un ictus? ¿Sabe qué debe hacer ante uno?

El ictus es conocido comúnmente por otros nombres, tales como derrame, embolia, ataque cerebral, apoplejía, accidente cerebrovascular (ACV), coágulo, etc. Todas estas palabras se usan para referirse al fallo de una región del cerebro como consecuencia de la falta de riego sanguíneo en esa zona.

El cerebro no es un órgano homogéneo, sino que está dividido en regiones que controlan las diferentes partes de nuestro cuerpo, ya sea dando órdenes para que se muevan, ya interpretando lo que perciben nuestros sentidos. Además -y sobre todo-, el cerebro es el centro de nuestros pensamientos, nuestra voluntad, nuestras emociones, nuestra memoria y de todo aquello que nos caracteriza como personas.

Por eso, un ictus mostrará síntomas diferentes dependiendo de la región del cerebro que deje de funcionar. No es raro, incluso, que la persona afectada se niegue a reconocer que le ocurre algo aunque sea un hecho evidente para los demás.

Podríamos hacer una analogía con el sistema eléctrico. Un ictus sería como el corte de luz localizado en un barrio o en un sector de una fábrica, que dejarían de funcionar y dar sus servicios, mientras que el resto del sistema no se vería afectado. Sin embargo, esta no es toda la historia. A los pocos minutos de la suspensión del riego sanguíneo, la región del cerebro que dejó de funcionar comenzará a morir. Tal como se echarían a perder los productos en los frigoríficos afectados por el corte de luz del ejemplo anterior, aunque mucho más pronto.

Es esencial, pues, llamar a urgencias ante la primera señal de que alguien está sufriendo un ictus. Mientras más tiempo se tarde en atenderlo, más posibilidades tendrá el paciente de sufrir secuelas incapacitantes de por vida.

Ya que el ictus se puede presentar con síntomas muy diversos, se ha desarrollado una prueba muy sencilla llamada Escala de Cincinnati, que no requiere formación especial para aplicarla y que permite detectar la mayor parte de los ictus:

1 Pedir al paciente que muestre los dientes. Observar si un lado de la cara no se mueve como el otro.

2 Pedir al paciente que cierre los ojos y levante las manos al frente por 10 segundos. Observar si una mano no se puede levantar o sostener como la otra.

3 Pedir al paciente que repita una frase o un refrán. Observar si no es capaz de repetirlo o si no se entiende lo que dice.

Si el afectado falla en cualquiera de las tres pruebas, se deberá llamar inmediatamente al 112 y hacer saber que se trata de una sospecha de ictus. Esto activará los protocolos adecuados para tratar a la persona con presteza y reducir las secuelas.

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