La cuestión es muy importante, cuando a unos padres se les indica que su hijo va a llevar gafas toda la vida o tiene un problema ocular como el estrabismo. Surgen las dudas de cómo afrontar los distintos tratamientos. El doctor Enrique Chipont, director médico y especialista en Oftalmología Pediátrica de Oftálica, explica que, «debemos poner los medios para recuperar la salud ocular del niño antes de someterlo a una cirugía. Y sólo en casos recomendables y claros deberemos realizarla».
El estrabismo. ¿Debemos operarlo?
La mayoría de los pacientes requieren corrección quirúrgica, pero antes debemos agotar todos los medios posibles. Después de un examen oftalmológico completo, incluyendo un estudio detallado de las partes internas del ojo, el oftalmólogo puede recomendar la terapia óptica, médica o quirúrgica adecuada.
Como sabemos el estrabismo consiste en el desalineamiento de los ojos de manera que el ojo derecho e izquierdo se fijan en direcciones diferentes. Aunque es una condición común entre los más jóvenes, afectando a entre un 2 y un 4 por ciento de los niños, también pueden aparecer más tarde en la vida.
La pérdida de paralelismo puede ser permanente o temporal y puede ser en cualquier dirección: hacia adentro, hacia afuera, hacia arriba o hacia abajo. Según el especialista doctor Chipont, «si el niño no es tratado en el momento adecuado se produce la ambliopía, algo que en la mayoría de los casos conduce a una pérdida permanente de la visión».
Los padres a menudo tienen la falsa impresión de que un niño puede «superar» el problema. Si los ojos de un niño pierden el paralelismo, es necesario el examen de un oftalmólogo para determinar la causa y comenzar el tratamiento.
El objetivo del tratamiento es preservar la visión, enderezar los ojos y restaurar la visión binocular. El tratamiento del estrabismo depende de la causa exacta por la que se han desalineado los ojos. Puede ser dirigido hacia el desequilibrio muscular que lo provoca o bien hacer frente a otras causas que puedan estar provocando el problema. Algunos niños entrecierran los ojos por errores de refracción. En estos casos, el estrabismo puede ser corregido mediante la prescripción de gafas adecuadas.
El doctor Chipont explica que, «la cirugía se realiza bajo anestesia general en niños y bajo anestesia local en adultos cooperantes. Además, al someterse a anestesia general, el niño debe estar libre de enfermedad aguda. Los padres deben informar al médico si el niño está teniendo problemas sistémicos, tales como enfermedad cardiaca o epilepsia». En el preoperatorio se realizan pruebas de rutina antes de la cirugía, que incluyen un análisis de sangre y una radiografía del pecho.
La cirugía se realiza bien en un ojo o bien en ambos ojos simultáneamente. Se lleva a cabo en los músculos del ojo situados fuera del globo ocular, y concretamente en la parte blanca del globo. El globo ocular no se abre. El objetivo de la operación es debilitar el músculo más fuerte y fortalecer el músculo más débil. Después de la cirugía, se prescriben gotas para los ojos durante un mes aproximadamente. Es conveniente realizar revisiones periódicas durante el periodo de un año.
La Cirugía Refractiva infantil
¿Puedo operar a mi hijo para quitarle las gafas? A la hora de afrontar la cirugía refractiva en un niño con el fin de retirarle las gafas, la norma fundamental es que la graduación esté estable. El doctor Enrique Chipont, destaca que a partir de los 19 o 20 años y tras un tiempo de estabilidad en la graduación podemos plantearnos la posibilidad de una cirugía».
Por tanto, a pesar que la Cirugía Refractiva es una excelente técnica para eliminar las gafas en personas jóvenes. En el caso de los niños, el doctor Chipont aconseja, «el empleo de lentes de contacto en una edad en el que sean responsables para su uso es una buena alternativa con menor riesgo».
