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Las anomalías en los pies de los niños pueden provocar problemas en espalda y piernas

La salud de los pies de los niños es fundamental para el correcto desarrollo de su aparato locomotor

Las anomalías en los pies de los niños pueden provocar problemas en espalda y piernas

Las preocupaciones más frecuentes y que llevan a los padres a consultar al podólogo son el pie plano, cavo, valgo o varo, entre otras. Éstos pueden ocasionar molestias al caminar o, incluso, limitación de la movilidad, por lo que es necesario aplicar un tratamiento adecuado para evitar complicaciones.

La salud de los pies de los niños es fundamental para el correcto desarrollo de su aparato locomotor. Por esta razón y con motivo de la vuelta al cole, que muchos padres aprovechan para comprar el nuevo calzado escolar, desde el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) se recomienda realizar una revisión para comprobar que no existe ninguna anomalía y, si la hubiera, poder tratarla.

«Cuidar la salud de los pies de los niños es clave porque están en edad de crecimiento y pueden generar problemas en otras partes del cuerpo como piernas y espalda. Es fundamental que periódicamente sean controlados por un podólogo», ha declarado Alfredo Martínez, presidente del ICOPCV.

Cuando presentan anomalías en los pies es común que caminen de forma extraña, adopten malas posturas o, incluso, que no quieran practicar deporte, correr o jugar. Por eso es fundamental tratarlas rápidamente y así evitar consecuencias graves. Aunque algunas anomalías son habituales a determinadas edades, otras requieren tratamiento, por lo que es importante acudir al podólogo.

Las consultas más comunes son el pie plano (el pie presenta nada o casi nada de puente), cavo (pie con exceso de puente), cuando el pie tumba hacia dentro y es un retropié valgo o, por el contrario, tumba hacia fuera y presenta un retropié varo, el equino y el antepié aducto:

Pie plano: puede causar cansancio al caminar o dolor en la planta del pie y requieren el uso de plantillas.

Antepié aducto: esta anomalía se produce cuando la mitad anterior del pie mira hacia dentro. Causado por una malformación de origen congénito o por una mala posición en el útero. Aunque normalmente se endereza solo, puede requerir algún tratamiento especial que variará en función del grado, desde el uso de calzado especial hasta cirugía.

Pie cavo: en el caso de los pies con mucho puente es conveniente el uso de plantillas para acomodar las partes blandas y eliminar puntos de presión. En los casos con deformidad progresiva o con dolor, debe descartarse una patología neurológica subyacente. Si la malformación es muy acusada se puede operar.

Pie varo: se da cuando el talón del niño se apoya por la parte externa, lo que requiere plantillas para corregir la pisada. Se asocia al pie cavo.

Pie equino: también es necesario utilizar plantillas cuando los niños sólo apoyan las puntas de los pies y no llegan a asentar el talón en el suelo. No se debe confundir con la tendencia transitoria de algunos niños de andar de puntillas, tendencia que desaparecerá y no puede persistir pasado los tres años de edad.

Pie valgo: se da cuando el pequeño apoya los pies sobre la parte interna del talón y el tobillo se va hacia dentro. Es habitual hasta los 3 años, pero si persiste más allá de los parámetros no fisiológicos, a partir de esta edad se debe corregir con plantillas.

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