El mapache es nativo del centro y norte de América pero en Europa es considerado una especie invasora porque amenaza la biodiversidad nativa y comporta riesgo sanitario. Además, supone un riesgo sanitario porque es hospedador de patógenos que se transmiten a seres humanos y a animales salvajes y domésticos. El mapache se introdujo en Europa a finales de la década de 1920. Los primeros individuos escaparon de granjas peleteras o se liberaron para la caza. La invasión del mapache en Europa se debe a la expansión del núcleo de población en el centro del continente desde la década de 1970 y a la reciente introducción múltiple debido a la suelta y el escape de mascotas, la principal vía de introducción en la actualidad. En el centro de Europa, la población de mapache crece muy rápido: un 300% en sólo 20 años.