El zorro ártico es capaz de cambiar el color de su pelaje, un recurso que le ha permitido sobrevivir y prosperar. Este fenómeno se conoce científicamente como homocromía estacional. A diferencia de otras criaturas cuyo color permanente es blanco, este zorro (alopex lagopus) hace un cambio radical en su pelaje. En las temporadas cálidas, su pelo es corto, grisáceo y hasta azulado, pero en cuanto bajan las temperaturas se aclara y espesa, lo que le permite un mejor camuflaje y adaptación al medio. El zorro ártico es un voraz predador, con un excelente oído y olfato y tiene todo el cuerpo adaptado a la supervivencia en zonas heladas, tanto que, hasta las almohadillas de sus patas están cubiertas por una cálida pelusa que los protege del frío.