Flavia, la elefanta más triste del mundo, no es la única que sufre la falta de empatía de quienes están dispuestos a lucrarse con su cautiverio. Aunque su es realmente triste por el tiempo que lleva encerrada (41 años) y por estar sin compañía, hay muchos elefantes más que padecen el mismo destino. Ahora, una iniciativa de la ONG «Proyecto pro los Derechos de los No Humanos» solicita declarar a elefantes como personas no humanas y otorgarles el derecho a ser libres. «Los elefantes tienen derecho a la libertad y deben ser liberados de los zoos», es la petición dirigida a las cortes del estado norteamericano de Connecticut. En otros casos similares sí han prosperado iniciativas como esta. En 2016 un tribunal argentino declaró a la chimpancé Cecilia de forma legal como una persona no humana. Gracias a esto fue traslada a un santuario en Brasil. El Tribunal determinó que los animales no deben ser tratados como objetos.