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La bruja holgazana

Todas las hechiceras se preparan a fondo para la visita de la presidenta... menos Cornelia

La bruja holgazana

Una vez al siglo Flavia Lasabia, la bruja presidenta, emprendía un largo viaje. Una por una, visitaba las casas de todas las brujas del reino y todas, todas las brujas se preparaban durante meses para la visita de la más poderosa ensayando una y otra vez sus mejores encantamientos. Todas menos una: Cornelia. Porque Cornelia siempre pensaba que había tiempo para hacer las cosas y lo dejaba todo para el último momento:

«No hagas hoy lo que puedas dejar para mañana», decía, al tiempo que ojeaba un libro.

Mientras que las demás brujas recorrían el bosque arriba y abajo para encontrar hierbas y setas con las que mejorar sus brebajes, Cornelia buscaba los ingredientes de los suyos entre las páginas de los libros y luego los hacía aparecer entre las hierbas del jardín. Así, todo cuanto necesitaba lo tenía siempre al alcance de la mano.

«¿Qué mejor cosa para aprender magia que aplicar la magia?», se decía.

Cuando las otras brujas ensayaban conjuros cada vez más potentes, ella se preparaba un té y se sentaba a leer delante de la chimenea, mientras sus pócimas a medio terminar languidecían en sus frascos.

La casa de Cornelia estaba en el sur, en la frontera donde acaba el reino. Flavia Lasabia tenía por costumbre iniciar el viaje desde el norte.

Ese año, sin embargo, en el último momento había decidido empezar su inspección por el sur. Justo por la casa de Cornelia... Claro, que eso Cornelia no lo sabía.

«Tardará una semana en llegar hasta aquí», había calculado la bruja perezosa esa mañana, al despertar. «Leeré un rato, antes de levantarme».

Todo lo que Cornelia sabía lo había aprendido en los libros, así que la verdad es que sabía un montón de cosas. Pero, si leer es lo más importante para cualquiera, no es suficiente para una bruja. Para aprender a utilizar sus dones, además de leer, una bruja ha de practicar mucho. Todos los días. Durante todos los años de su larga vida. Y ella, Cornelia, apenas practicaba.

En casa de Cornelia había objetos y seres extraños, resultado de sus constantes equivocaciones al combinar palabras mágicas. Tenía una tetera con bigotes que maullaba cuando hervía agua; un sapo con corona que se paseaba por la sala con paso majestuoso, y una calabaza taxi que rodaba a toda velocidad de la sala a la cocina llevando cosas en su barriga.

Aquel día, el día que Flavia empezó desde el sur su largo viaje al Reino Mágico, a Cornelia le esperaban algunas sorpresas y mucho trabajo.

Extraído del libro «Cornelia, la bruja holgazana»

Autora: Raquel Míguez

Ilustraciones: Mar Blanco

Colección Calcetín Amarillo

Editorial Algar

1.- En la lectura hay un refrán que Cornelia lo dice a su manera. ¿Cómo es en realidad? ¿Lo sueles llevar a la práctica?

2.- Haced una relación de profesiones y actividades para las que sea necesario una práctica constante para llevarlas a cabo de la mejor manera posible.

3.- ¿Cómo te imaginas los objetos y seres extraños que había en casa de Cornelia? ¿Los quieres dibujar?

3.- Escribe un cuento o un poema y envíalo, acompañado de un dibujo original, al Concurso Literario del Grupo Leo. Apartado de Correos 3.008, 03080 Alicante. Indica tu nombre, apellidos, curso, colegio y número de teléfono particular.

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