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La boda

Un extracto de "El susurro de las dunas", de Harmonie Botella Chaves

La boda

Era el gran día, esperado por todos. Aicha, la hermana mayor de Sarga, se casaba. Se iban a suceder varios días de fiestas, organizados por los comités de aprovisionamiento, artesanía, justicia... Las amigas de Aicha se habían hecho trenzas de todos los colores con numerosas joyas. La artesanía de las joyas incluía el oro, la plata, el cobre. Era un oficio de hombres al que se iban sumando muchas mujeres. Además de la artesanía de orfebrería también se daba la del curtido de la piel y la ebanistería.

Todos vistieron sus mejores galas; algunas adolescentes y mujeres españolas compraron unas Al Melhfa, para no desentonar. Malena, Rubén y Diego también se pusieron unos trajes típicos del Sáhara para acompañar a la joven novia.

El novio de Aicha, según la tradición saharaui, llevaba una daraá blanca, un pantalón y un cinturón amplísimo. El prometido, antes de la boda dio siete vueltas a la jaima de los padres de la novia, donde se iba a celebrar el compromiso. Una vez dentro, se sentó en un rincón, dejando sitio para su prometida.

Aicha vestía una melhfa negra y sus manos, teñidas de henna, estaban cubiertas de joyas. Fátima, con su magnífica vestimenta y sus joyas del desierto, adquirió aires de princesa de las dunas. Rubén se acercó, rozó su mano y tocó los dedos de Fátima durante dos o tres segundos, aprovechando que un grupo de españoles se colocaba delante de ellos.

Menos mal que la familia de Fátima no vio nada. Pero ella, joven mujer del desierto no podía negar los sentimientos que estaban naciendo en su corazón. Sentimientos contradictorios que la confundían. Sabía que le quería ,pero que también era un amor imposible. Él no vendría nunca a vivir al Sahara y ella no se establecería jamás en España. Tenía una meta en la vida: regresar con los suyos al Sáhara Occidental.

La ceremonia comenzó con la lectura del Corán y el asentimiento de los novios, rodeados por la familia, los testigos y el juez. Éste pidió la firma de los novios, después de escuchar algunas aclaraciones para asegurar que se casaban libremente.

Antiguamente, los matrimonios se realizaban entre los componentes de la misma familia, dependiendo del empeño y deseo de los progenitores. Hoy en día, para evitar la poligamia, una vez casados, los novios firman para derogar cualquier enlace anterior. Al día siguiente de la boda, los amigos de la novia escondían a la joven y el recién casado la buscaba durante horas. Si la familia tenía bienes, mataba un camello para el mediodía. Por la tarde, si habían encontrado a la novia, la llevaban a la jaima nupcial y todos comenzaban a tirar de ella.

Los padres de la novia habían preparado la dote de su hija para que pudiera empezar su nueva vida: un recipiente para la leche, otro para el agua, un canto para moler el trigo, un bidón de agua, alfombras, cuencos, almohadas... Él aportaba los palos que iban a soportar la jaima y las cuerdas para sujetarla. La música retumbaba por todo el campamento.

Las melodías saharauis son una mezcla de árabe y africano. Esta música está unida a la poesía hasaní. Los bailes Argüis son interpretados tanto por hombres como por mujeres. Durante la ceremonia, Rubén y Fátima, aprovechando el descuido de los asistentes, pudieron intercambiar algún que otro beso. El rubio y atrevido Rubén era el que despertaba en ella toda la poesía del amor aunque sabía que ese cariño estaba abocado al fracaso: Fátima no podía obligar a Rubén a renunciar a su cultura y vivir en tierras prestada por los argelinos y Rubén discernía que su joven amada no desertaría de su pueblo. Amor, amor...

Diego y su amiga Sarga también habían aprovechado el bullicio para escaparse y entrar, creían ellos, en el Sáhara Occidental. Sarga quería conocer al resto de su familia que se quedó allí cuando el Sáhara fue entregado a Marruecos y Mauritania. Como Diego era europeo, y ella había traído ropa de España, esperaba que los militares los confundieran con unos turistas y los dejaran pasar.

Sarga contaba a Diego que sus abuelos eran unos ricos saharuis que se codeaban con príncipes, artistas y literatos de su país, pero ahora vivían bajo la opresión del invasor. Esta aventura le encantaba. Mientras durase la fiesta, nadie se percataría de su ausencia. Y cuando finalizasen la celebraciones, estarían de vuelta .La ignorancia es atrevida.

Diego desconocía que el Sahara Occidental estaba muy lejos de los campamentos, que era un área fraccionada por murallas y colmada por millones de minas antipersonas y que sus habitantes vivían bajo la represión.

La noche caprichosa envolvía el campamento, los amores del joven matrimonio y los de Rubén y Fátima y la audacia de los más inexpertos: Diego y Sarga .No obstante, la oscuridad era traicionera.

>Extraído del libro:

«El susurro de las dunas»

Autora: Harmonie Botella Chaves

Editorial Punto Rojo

1.- Sitúa en un mapa de África dónde está el Sáhara. Busca información de cómo vive el pueblo saharaui. 2.- ¿Cómo vestían la novia y el novio? 3.- ¿En qué consistía la dote que habían preparado los padres de la novia? 4.-Escribe una historia que se desarrolle en un desierto, y envíala al Concurso Literario del Grupo Leo. Apartado de Correos 3.008, 03080 Alicante. O por e-mail, a la siguiente dirección de correo electrónico: grupoleoalicante@gmail.com. Indica tu nombre, apellidos, curso, colegio y número de teléfono particular.

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