Sigue los pasos de cinco adolescentes normales que deberán convertirse en algo extraordinario cuando descubren que tanto su pueblo, Angel Grove, como todo el mundo, está al borde de la aniquilación a manos de una amenaza alienígena. Elegidos por el destino, estos héroes no tardarán en descubrir que son los únicos que pueden salvar el planeta. Pero, para lograrlo, tendrán que superar sus propios problemas personales y trabajar en equipo como los Power Rangers, antes de que sea demasiado tarde. Una historia de dudosa originalidad pero que aspira a convertirse en objeto de veneración por parte de un público adolescente. Es solo el segundo largometraje del director sudafricano Dean Israelite y tiene como principal aliado en la gran pantalla su sentido del humor.

Basada en la leyenda eternamente popular de los Mighty Morphin Power Rangers, esta es una crónica moderna y llena de acción de cómo el famoso equipo de colores de guerreros adolescentes pasó por primera vez de ser una pandilla de marginados de un pueblo a convertirse en un equipo unido de poderosos superhéroes, de cómo el quinteto obtuvo no solo sus poderes alienígenas, sino también los lazos reales e irrompibles que los unen, y los convierten en la única e insólita esperanza de salvar su pueblo, y el propio planeta, de una imparable fuerza maligna que lleva al acecho 65 millones de años. La historia reinventada llega a la gran pantalla intensificando la acción, los efectos y el diseño creativo. Y un reparto de rostros nuevos y jóvenes de todo el mundo se une a Bill Hader, Bryan Cranston y Elizabeth Banks en una aventura constante que pone a prueba a unos adolescentes corrientes en la situación más impensable que pueda imaginarse: trascender una olla a presión de ciberacoso, alienación, presión social y problemas familiares propia del siglo XXI.