Siempre he creído que la vida es vida cuando evoluciona, se hace diversa, tolerante, distinta y mutante? cuando cambia para que se perpetúe lo bueno y se vaya moderando ese lenguaje tan arcaico y obsoleto que domina buena parte de nuestra sociedad. Como decía mi querida Charo Izquierdo, nueva y flamante directora de MBFW a la que he tenido el placer de entrevistar hace bien poquito, la sociedad se refleja en la moda y también avanza con ella, es parte de ese discurso de empoderamiento de las mujeres y también de los seres humanos que, con el paso de los siglos, vamos tomando conciencia de que todo,absolutamente todo, esta por hacer, incluso ahora, y que, de paso, hay que tener mente abierta y corazón lleno de sueños. Pues de ese sueño he hablado para este «finde» con mi querido Juan Miguel Pérez Diaz. Una suerte de gurú de la medicina estética por cuyas flamantes manos pasa lo mejor de los hombres y mujeres de Alicante, pero también de Madrid, Chipre, Paris? Juan Miguel es hoy más feliz que nunca. Cubano de origen y afincado en nuestra tierra por deseo propio (capaz de coger AVEs y aviones de todo tipo para no abandonar vivir aquí, en esa casa restaurada divina cerca de la Plaza de Toros) es de esos a los que María Patiño, tertuliana de personalidad como pocas en esta España del Cuore, destaca por su gran corazón y una ambición desmedida por implantar valores en una cultura que él, como buen caribeño de sangre caliente, quiere que sea cada vez más justa y bella, como sus resultados. Y hoy, repito, hoy es el hombre feliz por antonomasia porque, tras años de intentarlo, es padre y madre. Y de todo un poco a la vez. Firme defensor de la gestación subrogada y con pareja jamás ha ocultado que vive como le da la gana vivir y que, por encima de todo, quería ser familia, una familia nueva, maravillosa y fruto de esa diversidad que ya es el siglo XXI. Y nos cuenta qué hacer cuando la pequeña Athenea ha llegado a su vida, trastocándola y ordenando sus gustos. Allá va una guía de un padre/madre con ganas de seguir y seguir. «Cuando eres padre a mi edad y no te puedes pillar la baja no duermes, directamente no duermes, aunque no te importe», así que los jueves, como él puede, claro, se hace un tratamiento con Teosylapen (ahí queda eso?), algo que se planta con un buen peeling luminoso y borra sus ojeras de un plis plas (listo para combate de nuevo). Suele ir al Mercado Central a por fruta y verdura, porque allí hay dos puestos ecológicos de primera calidad, y porque le gusta hablar, aprender, cotillear y de paso, sacar a su peque a ver aire por plazas de sol primaveral, como él se siente cada día ahora. Todo en el es mega, ultra e híper sano, sanísimo, fruto de esa cultura de cuidarse que impregna en sus clínicas a todos y todas. Nos advierte del peligro del aceite de palma y comienza los sábados con un superbatido de matcha, maca, manzana, limón, colágeno miden, vitamina C y leche de avena (receta mágica que me regala para los lectores desde ya) y se larga «echando castañas» al castillo de San Fernando a pasear y hacer deporte, y me subraya que es una pena que los alicantinos no valoren ese pedazo de parque temático ideal que es este castillo y sus servicios (lo suscribo porque no paro de ir yo también). Nos recomienda el restaurante Iñaki en Orito para salir de la ciudad cerquita y comerte una paella de conejo y caracoles por las que suspiran hasta en el cielo de Zeus o en el Parnaso mismo. Y me chiva que Iñaki inaugura chiringuito en la Cala Mascarat de Altea esta primavera verano, prometiendo un arroz negro y unas sardinas frescas de escándalo. Su cóctel favorito, que me augura se pondrá de moda a tope, es el Moscow Mule con toques de jengibre en la barra del Terre el sábado tarde, con el atardecer de la bahía del puerto de Alicante. En nuestra ciudad recomienda Fast y Bio, Kult Bar y el Daikichi, japonés de gozar. Y luego, ser papá, muy papá, comprando cositas en el Caminito de Faro Bardisa, Marieta, Mona Lisa o Nanos, y cómo no, paseos en busca de faldones clásicos y vestidos de «toooda» la vida en Magnolia. Y en cuanto puede un cine de recuerdo en Panoramis, que tiene una ludoteca apropiada para su vida de hoy o una escapada con Mario al Teatro Principal, que adora. Lo dicho un alicantino más alicantino que muchos y muy madre (adjetivo mexicano «fetén» para él) . Feliz Finde.