Tiene su inspiración en un incidente verdadero que tuvo lugar en Afganistán en agosto de 2012. Sin embargo, el director siempre tuvo claro que una dramatización se puede aproximar mucho más al espíritu de un suceso que una reconstrucción literal minuto a minuto. En cualquier caso es una insólita producción española que refleja una realidad de nuestro ejército y un acercamiento al mismo como muy pocas veces se había visto antes. Es la opera prima de Adolfo Martínez Pérez.

A un convoy americano escoltado por la Legión española le estalla una mina al Norte de Afganistán y el inexperto teniente Conte queda al mando de una dotación para proteger a los heridos hasta que los evacuen. La capitán médico Varela acude al rescate en un helicóptero medicalizado del Ejército Español, pero el helicóptero vuelca, dejando a los rescatadores atrapados junto a los legionarios en medio de la nada. El impulsivo comandante Ledesma propone un arriesgado plan para rescatarlos y llevarse el aparato siniestrado. Pero con la noche llega el enemigo y el plan sólo será posible si el teniente y la capitán logran sobrevivir hasta el amanecer. La película parte de la base de que en España estamos más familiarizados con las fuerzas armadas de los EE UU, por su cine, que con las nuestras. «Mi objetivo desde un principio -señaló el director- fue olvidarnos de lo que hemos visto doblado en el cine extranjero y que nuestro punto de partida fuesen nuestros propios soldados. Captar su verdad era mucho más importante para mí que reconstruir la anécdota de la película de forma literal. Y la responsabilidad de lograr este objetivo recayó en el grupo de actores, así como en los soldados encargados de su adiestramiento.