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Animales nocturnos

Atrapada entre el presente y el futuro

Atrapada entre el presente y el futuro

Advierte sobre la necesidad de adaptarnos a nuestras elecciones y a las consecuencias que puedan tener las decisiones que tomamos. Y lo hace en una cultura que es cada vez más desechable, donde todo, incluso las relaciones, es de usar y tirar. E una historia de lealtad, dedicación y amor que habla del aislamiento que todos sentimos y de la importancia de valorar las conexiones personales que nos apoyan en la vida.

Segunda película del director y guionista Tom Ford, después de Un hombre soltero (2009), explora los enormes cambios psicológicos y emocionales de hombres y mujeres que viven -o intentan vivir- con su propia verdad. Se aproxima a la realidad de una mujer atrapada entre el pasado y el presente, a la vez que devora y es devorada por una historia. El cineasta, al adaptar a la gran pantalla la novela Tres noches (1993) de Austin Wright ha tenido que conseguir el mismo nivel de concentración en la palabra escrita que en la imagen en movimiento. «La escritura del guión -expresó Tom Ford- es la parte que más me gusta de hacer cine. En la fase de escritura, la película es completamente mía, solo existe en mi cabeza y en su forma más perfecta. Para mí, lo primero es recoger imágenes que tengan que ver con los personajes y sus mundos. Busco imágenes de interiores, decorados, personas reales que comparten los mundos de los personajes que estoy creando. Solo entonces me siento a escribir e incorporo en el guión los detalles que he encontrado durante mi periodo de documentación fotográfica. Los personajes de Animales nocturnos se mueven en dos mundos, y estoy muy familiarizado con ambos. Crecí en Texas y en Nuevo México, por lo que me fue fácil escribir la parte de la historia que transcurre en la parte oeste de Texas, y desafortunadamente también conozco el ambiente algo enrarecido en el que habita Susan en Los Ángeles».

Para plasmar en la pantalla un relato dentro de otro, además de la exploración del deseo, la ambición y la indulgencia, Tom Ford agudizó aún más sus dotes de guionista y realizador que en su primera película.

Al transformar la novela Tres noches al guión, el estilo de vida de la sociedad contemporánea le permitió a Tom Ford imaginar lo aislada y perdida que se encuentra Susan Morrow. «El estilo -comentó- no es mi objetivo cuando hago cine. El estilo sin sustancia es vacío, hueco. Pero sí cuido mucho el estilo de los personajes de la historia. Los decorados y el vestuario no solo sirven para dar pistas al público, sino para ayudar a los actores a meterse completamente en el papel. Soy de la opinión de que una imagen vale más que mil palabras y de que el cine es realmente un medio visual. Creo que las películas deben ser silenciosas, que el idioma y las palabras solo deben usarse cuando sea necesario para impulsar la narración».

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