Cuenta la historia de uno de los rodajes que efectuaron los norteamericanos en nuestro país a partir de mediados de los cincuenta y sigue la estela de otra película semejante de 1998 del propio Fernando Trueba, La niña de tus ojos, también con Penélope Cruz y Antonio Resines de protagonistas en los cometidos de la actriz y cantante Macarena Granada y el director Blas Fontiveros respectivamente, con otros nombres coincidentes en el reparto, que mostraba la filmación 18 años antes de películas españolas en la Alemania nazi. Macarena, la gran estrella «americana» de origen español, retorna ahora a su tierra para encarnar a Isabel la Católica. Al enterarse de esto, Blas, que no había vuelto a España desde los tiempos de Berlín, decide regresar y reencontrarse con algunos de sus viejos amigos. Su llegada pondrá a prueba el rodaje de la superproducción.
Trueba, moviéndose de nuevo en el marco de la comedia, subraya el hecho de que al acabar la Segunda Guerra Mundial, España es el único país europeo con un gobierno fascista. Pero es un país atrasado y asolado por tres años de Guerra Civil, que no representa ningún peligro. Salvo para los propios españoles. Los aliados no se molestan en liberarla. En 1953, con la firma del dictador Franco de un tratado con Estados Unidos que permite instalar bases militares en territorio español, termina el bloqueo internacional. En 1955, gracias al apoyo de los Estados Unidos, España entra en la ONU y a partir de 1956 las productoras americanas comienzan a venir a rodar a España. Es la época de «el Madrid de los americanos».
Alejandro el Magno (1956), con Richard Burton, y Orgullo y pasión (1957), con Cary Grant, Sofia Loren y Frank Sinatra son de las primeras. David Lean rueda también Lawrence de Arabia (1962) y Doctor Zhivago (1965).
Para Trueba la elección de la comedia es consecuencia de que es el género por excelencia del cine español y del que forman parte muchos de los clásicos del mismo, incluyendo Plácido y El verdugo, de Berlanga, El pisito y El cochecito, de Ferreri, El extraño viaje de Fernán Gómez... «En mi caso -señala Trueba-, hay un ciclo de mis películas donde las comedias tienen un telón de fondo histórico. Así en Belle Epoque los años 30 y la llegada de la República; en El año de las luces o El Embrujo de Shanghai, los años 40, la posguerra. La única vez que la guerra está presente en mis películas es en La niña de tus ojos. De nuevo es la historia como telón de fondo para contar la historia de pequeños personajes. Pero La niña de tus ojos es también una película sobre el cine. Sobre la gente del cine».
Pero ocurrió algo muy especial que no le había ocurrido antes: «Los personajes de La niña de tus ojos no me abandonaron una vez hecha la película. ¿Qué había sido de ellos? ¿Habría muerto el director Blas Fontiveros en Alemania? ¿Qué había sido de Macarena en América? Y sin darme cuenta, en los años siguientes, el guión se fue formando en mi cabeza, los gags, los diálogos, las secuencias... sin yo proponérmelo, como una planta que crecía en mi jardín».
