Está basada en la increíble historia de Ramón Arroyo, un padre de familia que vive para el trabajo hasta que su cuerpo empieza a fallar. Diagnosticado de esclerosis múltiple, todos los pronósticos parecen indicar que en un año no será capaz de caminar ni 100 metros. Ramón decide plantarle cara a la vida participando en la prueba deportiva más dura del planeta. Esta es la base del argumento de 100 metros, tercer largometraje del director Marcel Barrena, que debutó con la tv movie Cuatro estaciones y que realizó en 2012 el documental Mon petit, nominado al Goya y Premio Gaudí, que se presentó en más de 20 países y que contaba la vida de Albert Casals, un joven que, en silla de ruedas y sin dinero, viajaba en solitario por el mundo desde los 14 años, y cuya misión definitiva era llegar al rincón más alejado de su casa, de Barcelona a Nueva Zelanda. Pasó de estar a punto de morir a lograr una hazaña inimaginable. Hasta aquél momento, la historia del protagonista de Món petit era la más importante de superación con la que se había topado el director, que vio cómo ayudaba a la gente, hasta el punto de que personas de todo tipo les abrazaban al final de las proyecciones, aplaudían en las sesiones donde no estaban...
Pero... ¿y luego, qué? Tras aprender tanto y alimentarse tanto a nivel humano y emocional compartiendo esa pequeña película, no pasaba por la cabeza de Barrena nada más que poder hacer otra que compartiera todos esos elementos. Pero no era fácil encontrar otra historia capaz de hacer algo así. Los meses pasaron y, como fue en el caso anterior, un buen día otra gran historia, por casualidad, llamó a su puerta. La historia de Ramón Arroyo.
Ramón es un madrileño que lo tenía todo. Un tipo que no tenía ningún problema, feliz con un buen trabajo, su familia, sus quilos de más... Hasta que le diagnosticaron esclerosis múltiple. Y ahora Ramón está haciendo triatlones: carreras de 4 kilómetros nadando, 180 en bici y 42 corriendo, todo seguido. Sin parar. El mundo está lleno de gente extraordinaria capaz de hacer cosas inimaginables. En palabras del director, «el mundo les necesita y los que hacemos películas también. Algunas de las mejores películas de todos los tiempos están basadas en grandes historias de personajes reales. Y aquí empezó todo. Otra historia que teníamos que contar, otra historia que el mundo necesitaba escuchar, yo el primero. Y así nace 100 metros, la historia de superación más alucinante que he conocido. Pero ahora el reto era todavía mayor, ya que quería contar la historia desde la ficción, no desde el documental como en la anterior ocasión».
