Manu Carrasco (Isla Cristina, 1981) vuelve este sábado a Alicante tras cuatro años de ausencia con su gira Bailar el Viento, nombre del sexto disco y que alumbrará su concierto en la plaza de toros a partir de las 22.30 horas.
¿Qué le dice contar casi todos los conciertos de su gira por sold out?
La verdad es que me siento muy afortunado porque es lo que desea todo artista. Hay mucho esfuerzo y mucha dedicación detrás desde que se pone la primera piedra de un nuevo disco, y el fin de alguna manera es el poder disfrutar con el público. Evidentemente, cuando los conciertos se llenan y viene mucha gente a uno le llena de orgullo porque significa que el trabajo está llegando a buen puerto y tiene su recompensa.
¿Qué puede esperar este sábado su legión de seguidores?
Tenemos un show bien preparado y bien rodado, con muchos conciertos detrás, y vamos con mucha ilusión por dejárnoslo todo encima del escenario. La última vez que estuve en Alicante fue hace cuatro años, en el Teatro Principal, y la verdad es que vuelvo con muchas ganas. Es una oportunidad única para poder demostrarle a la gente que va a venir todo lo que somos. No suelo quedarme a medias tintas en ningún momento, pero después de tantos años la ilusión es máxima.
¿Bailar el Viento es un reflejo de su estado de ánimo, de un sentimiento vital?
Yo creo que es algo que solemos hacer todas las personas. No deja de ser un juego de palabras para encarar la vida con buena actitud. Hay momentos en la vida que no viene todo a favor y en los que hay que navegar contra corriente. En estos casos creo que es importante tener una buena actitud y yo suelo tenerla. De alguna manera el disco respira algo de eso y creo firmemente que es un mensaje para tener presente y que la gente lo tenga muy en cuenta.
¿Dónde reside el éxito incontestable de Manuel Carrasco?
No creo que haya una sola cuestión, pero tampoco tiene ningún secreto. Mi manera de sentir, de transmitir y de llevar las cosas tiene algo que ver, y evidentemente también mucho esfuerzo y una capacidad de trabajo grande. No hay más secreto que creer en lo que uno hace y la verdad que uno tiene, pero a mí me ha costado mucho conseguir lo que estoy consiguiendo ahora. Y es todo a base de dar los pasos que uno tiene que dar, aunque a veces sean más lentos.
¿Cuesta mantenerse fiel a un estilo a lo largo de lo años?
Al final hay una manera de ser que te sale natural, la identidad de cada uno, y de eso no te puedes liberar. A uno le puede encantar Michael Jackson, Bruce Springsteen o Bob Dylan, pero no eres ellos.
¿Qué planes asoman en su horizonte inmediato?
Estoy sin parar con la gira y dentro de un par de semanas me voy a Argentina a hacer un viaje promocional porque en noviembre trasladamos allí la gira. La semana que viene empiezo también con las grabaciones de La Voz, así que estoy un poco sin parar.
