Es la tercera entrega de la segunda etapa de la muy popular y longeva serie de Star Trek, que reinició su andadura en 2009 tras culminar una larga saga que comenzó en 1979 con Robert Wise en la dirección y que a pesar de sus altibajos en la conexión con el auditorio, siempre ha disfrutado de una notoria respuesta popular. Star Trek volvió a resugir de sus propias cenizas de la mano del productor y director J.J. Abrams, revitalizando una historia que nunca había perdido el rumbo. De esta forma, el enésimo regreso de la largamente esperada franquicia creada por Gene Roddenberry y reintroducida por J.J. Abrams en 2009, se hizo realidad con el director Justin Lin, elegido para tomar el mando de esta travesía épica de la U.S.S. Enterprise y su intrépida tripulación.

En esta obligada segunda secuela, que sigue los pasos de En la oscuridad, que vimos en 2012, la tripulación de la Enterprise, con el capitán Kirk al frente, explora los más lejanos confines del espacio ignoto, en donde encuentran un desconocido y misterioso enemigo que pondrá a prueba a los tripulantes y a todo lo que representa la Federación de Planetas Unidos. Lo hace, eso sí, habiendo perdido un importante tripulante, Pavel Chekov, incorporado por el actor ruso Anton Yelchin, que murió el pasado mes de junio en un desgraciado accidente con su coche en Los Angeles a la temprana edad de 27 años.

En esta ocasión, la tripulación de la Enterprise se dispondrá a explorar los últimos confines del espacio, donde nadie más ha llegado, y una vez allí se enfrentarán a un nuevo y misterioso enemigo que los pondrá a prueba. Como en las anteriores entregas, el reparto está compuesto por John Cho, Simon Pegg, Chris Pine, Zachary Quinto, Zoë Saldana, Karl Urban, Idris Elba y el antes citado Anton Yelchin.

Después de dos películas en el sillón de director, el también mecenas J.J. Abrams y sus colegas de producción optaron por pasar el testigo de la realización al citado Lin, que ha cimentado su prestigio en cuatro largometrajes de otra serie muy conocida, Fast and furious o A todo gas. «Justin ha demostrado -declaró Abrams-, una y otra vez, que es un excepcional narrador de historias, pero lo que más me llamó la atención fue que amaba de verdad Star Trek. Sabía que podría ocuparse de las escenas de acción, pero lo que más me interesó fue oírle hablar de los personajes como si fueran personas a las que conocía. Encaja como un guante en el proyecto».

Habiendo crecido en los 80, Lin recuerda que las repeticiones de Star Trek en la televisión formaban parte habitual de su vida familiar. «La serie original Star Trek tiene algo tremendamente especial para mí, porque ver esos viejos episodios era prácticamente el único rato que podía pasar con mis padres. Era como si la tripulación de la Enterprise formase parte de nuestra familia».

«La primera película -recordó Abrams--se centró en la formación del grupo que acabaría convirtiéndose en la familia que conocemos; en la segunda, el grupo se galvanizó ante una nueva amenaza. En ambos casos se dirigían, en última instancia, a la Tierra, por lo que en Más allá es la primera vez que les vemos en su misión de cinco años de duración. Es una oportunidad de ver la Enterprise en el tipo de aventura que relacionarías con la serie original, alejándose hacia los confines más remotos de la galaxia».

«Todo está en peligro -señaló Abrams-. Los tripulantes son arrojados cada uno en una dirección, y obligados a sobrevivir y a volver a conectar con el resto de la tripulación. Es muy interesante, porque podemos ver cómo estas parejas dispares colaboran para alcanzar el objetivo común».

Los escritores Simon Pegg y Doug Jung disfrutaron emparejando a personajes que previamente habían pasado poco tiempo juntos en pantalla, para ver cómo reaccionaba cada personaje.