Nos trae de nuevo a la escurridiza y frenética rata ardilla Scrat, demostrando que la salud de esta serie, que alcanza ya su quinta entrega, sigue siendo envidiable y que, como auguran los espléndidos resultados en taquilla, tiene cuerda para rato. La épica persecución de Scrat de la inalcanzable bellota le acaba catapultando al universo, donde accidentalmente desencadena una serie de sucesos cósmicos que transforman y amenazan el mundo de Ice Age. Para salvarse, los restantes y entrañables compañeros de aventuras, Sid, Manny, Diego y el resto de la manada deberán abandonar su hogar y embarcarse en una expedición en la que no faltan ni los riesgos ni el humor, que les hará viajar por nuevas y exóticas tierras donde encontrarán a un montón de nuevos y coloridos personajes.
Los espectadores siguen apostando por las películas de Ice Age, que es la segunda franquicia de películas animadas más comercial y con mayor presupuesto del mundo. Se cumplen así en buena medida los objetivos de sus responsables, de modo que cada nueva historia consigue conquistar sus metas. Con este nuevo capítulo de la saga el público viajará a nuevos lugares, como el cosmos y el mundo cristalizado conocido como Geotopía, con muchos de los personajes empezando nuevos viajes.
Todo empezó en 2002 con Ice Age que dirigieron Carlos Saldanha y Chris Wedge, que fue un preámbulo ciertamente llamativo y con una gran capacidad de convocatoria. Después vendrían sucesivamente en 2006 Ice Age 2. El deshielo; en 2009 Ice Age 3. El origen de los dinosaurios, de Mike Thurmeier y Carlos Saldanha; en 2012 Ice Age 4. La formación de los continentes, de Mike Thurmeier y Steve Martino y, finalmente, la que ahora se estrena, dirigida por Mike Thurmeier y Galen T. Chu.
La historia de la nueva película está muy arraigada en la mitología de la película original de Ice Age. La productora, Lori Forte, que lleva con la franquicia desde sus inicios, y cuyas ideas han iluminado varias películas, explicó: «En la primera película, había una escena en la que la manada pasaba a través de una especie de museo de hielo, en el que se veía un pez prehistórico, un dinosaurio, la evolución de Sid y, por último, una nave espacial o un platillo volante. Siempre identificamos la nave espacial como algo fascinante y sabíamos que había algo de mitología unida a ella que algún día íbamos a explorar, pero en ese momento no sabíamos exactamente cómo. Así que decidimos que era el momento de volver a esa pedazo de Ice Age, y sembramos las semillas para El gran cataclismo»
En este entorno, Scrat es, por supuesto, un personaje que nunca cambia. Aquí insiste en su obsesiva búsqueda de la bellota maldita. Pero esta vez, la búsqueda de Scrat le lleva a donde ningún personaje de Ice Age había llegado jamás: el cosmos, en el que las consecuencias de sus travesuras son bastante «Scrat-astróficas». Scrat conduce la historia, en vez de aportar un simple toque cómico a la historia principal de la manada.
