Antonio Díaz (Barcelona, 1986) igual viaja en el tiempo que engaña a una mente privilegiada como la de Stephen Hawking. Es el Mago Pop, creador de «La Gran Ilusión» que desde ayer y hasta el domingo disfraza nuestra realidad en el Teatro Principal de Alicante.

¿Cómo consigue arrastrar al público a los teatros cuando puede verle gratis en televisión?

Porque la magia tiene algo de incomparable en directo. La magia en televisión siempre nos activa la desconfianza, creemos que en lo que estamos viendo a lo mejor hay un truco de cámara, un efecto de vídeo, y tenemos la necesidad de verlo en directo. La sensación de ver la magia a escasos metros de ti es incomparable, incluso verla a centímetros si te toca salir al escenario. Luego, más allá de que el espectáculo mágicamente es muy potente y suceden cosas increíbles todo el tiempo, tiene mucho ritmo, una música fantástica... Es un espectáculo en todos los sentidos y creo que el hecho de que haya venido tanta gente a verlo en estos casi cuatro años es que ha tenido un boca a boca espectacular.

¿Qué ha cambiado en la magia para pasar de la sorpresa a la estupefacción que generan espectáculos como «La Gran Ilusión»?

Los magos de antes tenían otras cosas maravillosas y, a lo mejor, lo que tienen los magos más modernos es que quizás tienen mayor cabida en televisión. Para nosotros es un medio muy difícil. Hay una seria de magos que intentamos hacer magia en televisión, que apostamos por la magia visual, espectacular y directa, y por suerte la magia ahora está de moda y reúne a muchísimos espectadores.

¿Quiénes son tus referentes?

Especialmente David Copperfield. En Cataluña también hay un mago que a mí me gusta mucho que se llama Mag Lari y que siempre ha apostado por hacer grandes espectáculos en teatros, pero David Copperfield es el ilusionista que a nivel internacional mejor ha convertido un espectáculo de magia en un espectáculo total, reuniendo a miles y miles de espectadores y que puede competir con los grandes musicales en la venta de entradas. Copperfield es el mago más grande que ha habido en la historia.

¿De verdad se puede engañar a alguien como Stephen Hawking con un simple truco?

Lo maravilloso de nuestro arte es que incluso la mente más brillante o de las más brillantes de todos los tiempos cae rendido a un juego de magia para el que no encuentra explicación. La magia siempre busca lo imposible, lo más difícil todavía, y aún logra escapar a un mundo en que el todo se puede encontrar en Google.

¿Qué diferencia la magia del ilusionismo?

A mí me gusta más la palabra ilusionismo porque creo que define mejor lo que hacemos. Al final creamos una ilusión en la que el espectador sabe que no es verdad lo que hacemos, que utilizamos técnicas para ilusionarle. La magia tiene muchas más acepciones, como la magia negra, y quizás tenga un componente más de verdad. Nootros lo que hacemos es ilusionar con lo imposible.

¿Cuál es la gran ilusión de Antonio Díaz?

Pues ser un gran ilusionista a nivel internacional, consolidar con el paso de los años este momento que estoy viviendo y que me ha llevado a actuar en muchísimos países del mundo, para convertirme en un mago referente a nivel mundial.

¿Hacer magia es una mera cuestión de repetición?

Comenzando muy joven y dedicándole muchísimas horas todo el mundo puede ser un gran ilusionista. Tienes que encontrar el personaje y el tipo de magia, pero si se te da bien manipular objetos y conectas con el público conseguirlo sólo requiere de trabajo y más trabajo.

El «Show de Truman» convertido en el show del Mago Pop. ¿Cómo surge la idea de este espectáculo?

Cuando vi la película de adolescente me fascinó la idea de que todo el mundo tuviera un gran secreto que la persona desconoce, que es justamente lo contrario de cómo yo me sentía. Yo tenía muchísimos secretos pero que todos los demás desconocían. Y este baile de secretos me pareció un buen punto de partida para el show, que al final es un show de magia, pero en el que sí que hay algún momento pequeñito de guiño al «Show de Truman» porque que es una película que me maravilló.

¿Se puede viajar en el tiempo?

Se puede simular viajar en el tiempo, de eso estoy convencido. Sin ser del todo seguro hoy en día que se pueda viajar en el tiempo, un ilusionista te puede demostrar que sí. Y eso me parece fascinante.

¿Para usted cuál es el mejor truco o ilusión de todos los tiempos?

Por lo que en mí provocó cuando lo vi, sin duda, el volar de David Copperfield. En ese instante decidí ser mago sin saberlo. Para mí es el mejor ejemplo de como la magia no solo te puede hacer flipar, sino además te puede emocionar.

¿Se sorprende todavía viendo otros espectáculos?

Desde luego. Nosotros estamos todo el tiempo buscando material y conocemos muchísimas cosas, pero cuando de repente ves algo distinto... En Asia, por ejemplo, se está haciendo una magia muy avanzada a nivel de técnica y habilidad. Y yo lo disfruto el triple que otro espectador porque añoro esa sensación de «guau, ¿cómo lo ha hecho?».