Cuenta la historia de Michael «Eddie» Edwards, un insólito y valiente saltador de esquí británico que nunca dejó de creer en sí mismo y con el que no contaba ni su propio país. Con la ayuda de un rebelde y carismático entrenador , Eddie acepta el desafío y se gana el corazón de seguidores del deporte en todo el mundo al lograr una improbable e histórica participación en los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary en 1988.

La historia de Eddie es inspiradora. Basada en hechos reales, describe la singular trayectoria de Eddie, un nada convencional pero muy animoso saltador de esquí británico que nunca reparó en pensar en sí mismo, ni siquiera cuando toda una nación estaba pensando en él. El caso es que con la ayuda de un entrenador rebelde y carismático, Eddie alcanzó un lugar entre los privilegiados del deporte y se ganó el corazón de los amantes del mismo de todo el mundo, logrando una increíble exhibición en las pruebas de la Olimpiada de Calgary. Aunque nunca fue un talento físico, desde muy joven dedicó su vida a conseguir un sólo objetivo: convertirse en deportista olímpico. Eddie intentó varios deportes y disciplinas antes de decidirse por el descenso de esquí. Al no conseguir reunir un equipo británico para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1984, se cambió al salto de esquí.

Este cambio suponía varios inconvenientes: El Reino Unido nunca había tenido representación en salto de esquí en los Juegos de Invierno. Y Eddie nunca antes había intentado un salto de esquí y era más pesado que la mayoría de los saltadores de esquí.