El gallego Andrés Suárez actúa esta noche en la sala The One de San Vicente del Raspeig. El cantante presentará el sexto disco de su carrera, Mi pequeña historia, ante el público local.
¿Es su primera actuación en San Vicente del Raspeig?
He actuado muchas veces en Alicante. San Vicente no lo conozco y tengo ganas. Me han dicho que es una tierra en la que la música gusta y eso es una responsabilidad para mí. En el sur de España el público es caluroso, agradecido y escucha con la mirada y con el aplauso. Me apetece recibir esa energía.
¿Cómo son las pequeñas historias de Andrés Suárez?
Son cuentos completos. El maestro Javier Krahe decía que escribía sobre un mundo onírico pero que sus canciones no eran verdad. Las mías son historias reales, homenajes en vida que en este país cainita no son frecuentes. Me he cruzado con gente buena porque lo mejor de mi oficio es que me permite viajar, aprender y crecer.
¿Imaginaba llegar tan lejos?
Es lo que ansiaba. Siempre con cordura y lentitud, creo en las carreras lentas en la música. Sigo siendo un gallego ilusionado que quiere comerse el mundo. Hay que ser lento en la música. Tienes que cantar muchas veces para cinco personas antes de pasar a hacerlo ante diez.
Como gallego, le tocó hacer las maletas...
Hay hasta un gallego en la luna. En cada lugar del mundo he visto gallegos. Para mi fortuna y desgracia de los míos, me ha tocado hacer las maletas. Sigo la estela de mi sueño y me va bien.
¿Qué representa el público que le sigue para usted?
Cuando he publicado un nuevo trabajo y he acudido a firmas de discos, he hablado con gente que me ha contado lo que le ha costado pagar una entrada o comprar un álbum. Son familias que lo están pasando mal. Cuando alguien hace eso te das cuenta de que la cosa se pone seria y tienes que estar a la altura de ese cariño. En este país no se cuenta toda la verdad y hay gente que lo está pasando mal.
¿Por dónde cree que pasa su futuro en el mundo de la música?
Viajo a Latinoamérica y creo que mi futuro se encuentra allí. Es una tierra en la que todavía se cree en la palabra. Aute, Joaquín Sabina o Víctor Manuel son considerados dioses. Cuando viajo a aquellos países lo primero que busco siempre son las casas de Galicia. Hay que emigrar para encontrar los sueños. Es doloroso pero vale la pena.
