Es un thriller sobrenatural norteamericano que se inspira en un lugar real muy famoso en Japón, el bosque de Aokigahara. Conocido como jukai, o el «Mar de Árboles», está situado al pie del monte Fuji, en su ladera noroeste. Su apacible belleza no deja traslucir su historia de violencia y su reputación de zona de actividad paranormal. Se trata de la opera prima del director Jason Zada y su reparto está encabezado por Natalie Dormer, Taylor Kinney y Yukiyoshi Ozawa.
Una joven estadounidense, Sara, se desplaza hasta el bosque en busca de su hermana gemela, Jess, desaparecida misteriosamente. Frustrado por el patrón de conducta de Jess, Rob, el marido de Sara no logra convencer a su mujer para que no realice el viaje de más de 9.600 kms. Después de pasar por el colegio en el que da clase Jess, la resuelta Sara emprende camino al propio bosque. Acompañada por el carismático Aiden, un periodista expatriado a quien acaba de conocer, se interna en el bosque con la seria advertencia de «no abandonar el camino». El guía forestal Michi intenta mantenerlos a ambos a salvo pero, al caer la noche, no logra convencerlos para que se marchen con él, así que los deja allí a su pesar, para que se enfrenten solos a los elementos.
El miedo no tarda en apoderarse de Sara; empieza a cuestionarse los motivos de Aiden, incluida su afirmación de que no había visto nunca a Jess. Decidida a descubrir la verdad sobre la suerte que haya podido correr su hermana, Sara tendrá que enfrentarse a las furiosas y atormentadas almas de los muertos, que asedian a todo aquel que se atreva a acercarse a ellas. Estos espíritus malévolos que acechan a Sara a cada paso, la sumirán en una aterradora oscuridad a la que tendrá que hacer frente para salvarse.
El productor David S. Goyer oyó hablar de Aokigahara como «un lugar escalofriante, con fenómenos muy extraños, en el que los móviles y las brújulas no funcionan, apenas hay fauna y es tan frondoso y oscuro que resulta fácil perderse en él. Aun así, Aokigahara -prosiguió- es un lugar bucólico de una prístina belleza. Lamentablemente, allí también se ha suicidado más gente que casi en ningún otro lugar de nuestro planeta. Y el ritmo no ha dejado de aumentar. Hay un depósito de cadáveres en el bosque y una especie de unidad de vigilancia que realiza periódicamente búsquedas de posibles cadáveres. Hay carteles que dicen cosas como 'Date la vuelta', 'No te salgas del camino' o 'Piensa en tus seres queridos'».
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