Zoolander n alcanzó las cotas de taquilla que se esperaban, hasta el punto de que pasó en gran medida por las pantallas españolas, donde tuvo el subtítulo de «Un descerebrado de moda», pero lo insólitoes que la película se ha ido prestigiando con el paso de los años y se ha erigido en una de las llamadas de culto. Tanto es así que Ben Stiller, que se ha visto tentado por la dirección muy de vez en cuando, ha optado por rodar 15 años después esta secuela que nos devuelve a los mismos personajes, incorporados por idénticos actores -con el propio Stiller de protagonista acompañado de Owen Wilson-, y con muy similares presupuestos argumentales.
La gran novedad en el reparto es la presencia de la española Penélope Cruz, que incorpora a una mezcla de modelo y de agente secreto. Su labor intensifica el tono de comedia y thriller que define, en suma, las nuevas peripecias de Derek Zoolander y Hansel McDonald, dos modelos masculinos que alcanzaron la gloria en las pasarelas tiempo atrás pero que ahora, con el paso de estos tres lustros, han sido relegados a la nada.
La última vez que vimos a los modelos masculinos Derek y Hansel disfrutaban del encantador Centro Derez Zoolander para niños que no saben leer chachi y que también quieren hacer chachi otras cosas -y Mugatu estaba entre rejas. Pero cuando una inesperada catástrofe golpea el Centro, el dúo se ve obligado a recluirse, a vivir una vida aislada de la sociedad y al margen de la moda. Quince años después, Derek y Hansel no han levantado cabeza. Siguen cada uno por su lado, avergonzados y aislados.
Cuando ambos reciben por separado una invitación especial a participar en un evento mundial de la moda celebrado en la misteriosa ciudad de Roma, deciden acudir a la llamada, incapaces de rechazar el atractivo de volver a la gloria de antaño e incorporarse nuevamente a la sociedad. Tras llegar, Derek y Hansel conocen a excéntricos y extravagantes diseñadores que son los mandamás actuales de la moda. Ambos reconocen al instante que la moda no es lo que era, con toda la incomodidad que ello genera, y literalmente volverán a ocupar el escenario y atraer todas las miradas.
No les resultará nada fácil encontrar su lugar en un entorno desconocido como lo es el de los blogueros, video blogs, y moda anti-sistema pero no podrán negar su ayuda cuando se les recluta para detener un complot nefasto que, de llevarse a cabo, supondría la destrucción de la moda. Están dispuestos a devolverle a la moda su posición gloriosa. Solo Derek y Hansel son capaces de ¡SALVAR LA MODA!
Según Stiller: «Queríamos hacer una película que intentara estar a la altura de la primera y de las expectativas de toda la gente a la que le gustó. Me siento afortunado de ver que hay gente a la que le gusta tanto la película y no quiero decepcionarles». De hecho, para Stiller, calzarse nuevamente los taconazos de Derek supuso cierto reto tras un paréntesis tan prolongado. «Derek es -afirmó- tremendamente único. Es muy auténtico y su mundo gira en torno a sí mismo, todo ello con la ingenuidad que lo caracteriza. Volví a ver la primera peli para asegurarme de que lo estaba haciendo bien, y después de un par de semanas ya me resultaba natural y a partir de ahí, divertido».
