«Somos nuestros dueños»

Sí, es cierto, el concierto de Alicante es el último antes del fin de gira en Madrid. En 2014 nos dedicamos a presentar el disco. Durante este año han tenido más presencia los trabajos anteriores. Contamos con un repertorio largo y bien hilado. Nuestras actuaciones tienen la conducción adecuada, así que casi no paramos sobre el escenario.

El concierto de Alicante también tiene un componente solidario con los refugiados, ¿cuál es su opinión sobre la crisis humanitaria?

Es un problema bastante grave. Que sigan sucediendo guerras de este tipo, movimientos de población, es una frustración completa para todo el mundo. La gente tiene que marcharse de su país y eso ya es un problema importante. Se han alcanzado acuerdos para acogerles pero el asunto no deja de ser delicado.

Con la capacidad de Vetusta Morla para llegar al público, ¿es más importante aún su labor solidaria?

Desde el principio que funcionamos como banda hemos participado en muchas causas solidarias. Una de las que más nos importa y sobre la que seguimos pendientes es la saharaui. Intentamos aportar algo, siempre en la medida de nuestras posibilidades. A través de la música podemos llegar a un gran público. Nos llegan propuestas constantemente y nosotros colaboramos.

¿Por qué es tan grande el éxito de su grupo?

No lo sé, nuestra sensación es la de sentirnos afortunados. Combinamos el éxito con mucho trabajo. Somos nuestra propia discográfica y esto genera ocupaciones más allá de hacer buenos conciertos. Nos encargamos de la publicación y la comunicación. Hay tareas que no se ven. Es una consecuencia de que nos ha ido bien. Somos nuestros dueños, del camino y de la trayectoria que tomaremos. Eso es impagable.

¿Qué le parece que se diga de bandas cada vez más importantes, como el caso de Izal, que están marcadas por Vetusta Morla?

Demuestra que nuestro trabajo tiene relevancia en el panorama musical. Sucede con todas las bandas, tienes influencias y las incluyes en tu música. A veces leo lo que dice el público que siente con nuestras canciones y me recuerda a lo que me sucede a mí con otros artistas. Es algo muy especial.

Izal, ustedes, otros grupos como Lori Meyers o Supersubmarina, el momento musical es muy bueno...

Había una demanda, huecos y ganas de recibir a bandas que podían gustar a un público amplio pero que no fueran los típicos grupos de radio. Surgen conjuntos con un sentido parecido y se convierten en relevantes. Hay festivales en España a los que acude mucha gente. Lo importante ahora es que se renueve todo, que sigan apareciendo bandas. Y que los seguidores de la música disfruten con lo que hacemos.

¿Qué quieren decir con sus letras?

No existe un mensaje claro y definido. Son letras sobre vivencias personales, experiencias que tenemos a lo largo de los días. Lo trasladamos de forma poética y musical. Buscamos un significado abierto para que el público incorpore sus experiencias a las letras. En nuestro último disco [La deriva] sí que tratamos una temática más social.

¿A qué se debe ese cambio?

Hay cosas a nuestro alrededor que nos afectan y al final nos hemos hecho eco de ellas. El disco, musicalmente, se pensó como algo más directo, con un sonido frontal.

Están acabando su gira, ¿cuál será su futuro?

Lo primero que vamos a hacer es descansar un poco. Luego abriremos el ciclo de composición de canciones nuevas para el próximo disco. También tenemos algún proyecto paralelo, algunas sorpresas que se irán viendo en los próximos meses. Lo más inmediato será publicar el 8 de noviembre a través de El País el disco con el directo de nuestra actuación en mayo en el Barclaycard Center de Madrid.

¿El futuro de la venta de discos pasa por estos canales?

Es una manera de llegar a un público muy amplio. La ventaja que tiene esto es que nuestro escaparate es más grande.