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El nuevo nuevo testamento

Dios existe y vive en Bruselas

La cinta belga parte de ese insólito punto para desgranar una historia con estructura de cuento

Dios existe y vive en Bruselas

Ofrece la garantía de un interesante cineasta belga, el Jaco Van Dormael que ha logrado prestigio internacional con títulos como Las vidas posibles de Mr. Nobody, El octavo día y Totó el héroe, y parte de una base argumental ciertamente insólita y llamativa que está claramente abierta a la polémica. Plantea, de hecho, una hipotesis tan alucinante como que Dios existe y vive en Bruselas. No solo eso, se pregunta también que sucedería si Dios no fuese precisamente un dechado de bondad sino todo lo contrario y que además de un hijo, también tuviera una hija de la que nadie ha hablado nunca, una niña de 10 años cuyo padre fuera tan odioso que ella se vengara de él destapando el secreto mejor guardado, enviando por sms la fecha de la muerte de cada uno de los habitantes del planeta.

Un relato casi surrealista, escrito por el propio director y por Thomas Gunzig, que tiene mucho de cuento perverso. Van Dormael se confesó al respecto como no creyente, si bien ha recibido una educación católica. «Estoy interesado -declaró- en la religión del mismo modo en que estoy interesado en todas las buenas historias. De niño me hice la pregunta: ¿Por qué no hizo nada cuando crucificaron a su hijo? ¿Por qué no hace nada cuando los niños mueren de leucemia? ¿Por qué Batman salva a la gente y Dios no?»

Calificado por muchos como un Dios simpáticamente despreciable, que se divierte provocando incendios, estrellando aviones o provocando huracanes y que imagina las peores torturas cotidianas para los seres humanos, incitándoles a matarse en su nombre en guerras interminables, el director puntualizó que ese Dios no está tan lejos del que describe la Biblia, ya que mata bastante, quema y arrasa ciudades. Castiga y traiciona. Nos enseña un Dios básicamente vengativo. La película tiene la misma estructura que un cuento: cualquiera sin educación religiosa podría perfectamente haber relacionado El Nuevo Nuevo Testamento con Caperucita Roja o Alicia en el país de las maravillas».

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