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La playa de los ahogados. Las secuelas de un crimen del pasado

La playa de los ahogados. Las secuelas de un crimen del pasado

Es la adaptación al cine de la novela de Domingo Villar, un proyecto largo tiempo acariciado por el director y productor Gerardo Herrero, que ha luchado durante años para conseguir los derechos, que vuelve a la Galicia que nos mostró en Heroína y que insiste en el policiaco tras rodar en 2013 Crimen con vista al mar. Con guión del propio novelista y de Felipe Vega, la cinta nos sitúa una mañana junto a la orilla del mar, en el lugar en el que ha aparecido el cadáver de un marinero que es arrastrado por la marea hasta la orilla. Si no tuviese las manos atadas, Justo Castelo sería otro de los hijos del mar que encontró su tumba entre las aguas mientras faenaba. Pero el océano nunca ha necesitado amarras para matar. Sin testigos ni rastro de le embarcación del fallecido, el inspector Leo Caldas se sumergirá en el ambiente marinero del pueblo, tratando de esclarecer el crimen entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando se decidan a hablar, apuntarán en una dirección inesperada.

La película, según palabras del director, «necesita suspense, intriga, tensión, tenemos que intentar conseguir la soledad que nos deben de transmitir sus personajes». Por eso sitúa la cámara siempre a la altura de los ojos, moviéndose cuando los personajes se mueven, sin querer llamar la atención. «El crimen que investiga el policía Caldas en el presente -añadió Herrero- nos va a llevar a un crimen en el pasado que nos va a llevar a un naufragio, el hilo del que tiran la pareja de policías, nos va a llevar a muchas pistas, a varias mentiras, a varias verdades a medias, a muchas pistas falsas, a muchas oscuridades».

El personaje principal es, en efecto, Leo Caldas, un policía de Vigo al que el director define como gallego hasta la médula, un lobo solitario, sin pareja, con una muy buena relación con su padre y con su entorno. «Callado -prosiguió-, algunas veces seco, desconfía de todo y de todos. Pregunta, analiza, deduce, investiga, averigua, calla hasta no estar seguro. Buen profesional, vive para su trabajo». Confesó que ha elegido a Carmelo Gómez, primero porque es él uno de los mejores actores que hay en España. «Cuando le llamé ya había leído la novela, le encantaba y generosamente me ofreció hacer el personaje que yo quisiera. Además, ha nacido en el borde de León con Galicia, y la relación que tiene con su padre es parecida a la de Caldas con el suyo. Finalmente, me entiendo de maravilla con él, sabe mirar y escuchar a los otros actores».

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