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Regresión

Amenábar vuelve al thriller

El director español regresa a sus orígenes de la mano de Emma Watson y Ethan Hawke

Emma Watson y Ethan Hawke protagonizan el esperado regreso de Alejandro Amenábar.

Es el anhelado regreso a las pantallas, seis años después de Agora, de un Alejandro Amenábar que se hace de rogar demasiado y que vuelve con Regresión al cine de sus orígenes, al thriller que lo convirtió en un cineasta de prestigio internacional con títulos de la talla de Tesis, Abre los ojos y, sobre todo, Los otros. Para el propio director, esta película, que tuvo el honor de inaugurar el Festival de San Sebastián, supone para él revisitar el misterio, reencontrarse con el género que marcó el inicio de su carrera con Tesis, una película que exploraba el poder casi hipnótico que a veces ejerce sobre nosotros la contemplación del horror. Después vendrían las citadas Abre los Ojos, una mirada alucinada y enfebrecida en la que convivían sueño y realidad; y Los Otros, un intento de recuperar el sabor de los viejos clásicos del suspense.

Con un reparto que encabezan el Ethan Hawke de Boyhood y la Emma Watson que se hizo popular en todo el mundo con la saga de Harry Potter, el cineasta español subrayaba lo ambicioso de su proyecto. «Siempre busco -declaró- lo que me empuja, lo que me motiva, esa energía que a veces se encuentra explorando cosas muy diferentes. Por eso he ido indagando en distintos géneros: el drama, el terror, el suspense, o en la mezcla de géneros, presente ya en Ágora».

La nueva cinta de Amenábar no es, sin embargo, una inmersión directa en el suspense, según confesó Fernando Bovaira, productor del film: «Regresión -dijo- se acerca más a una combinación de géneros que ha llevado a Alejandro a subvertirlos. El título es muy adecuado porque de alguna manera la película de lo que trata es de la extrañeza, de la complejidad de la mente humana». El director, por su parte, declaró que algunas de las cosas que se narran en Regresión encajarían en la temática de terror «aunque el tratamiento -prosiguió- es de thriller psicológico con altas dosis de policíaco. Los referentes han sido sobre todo thrillers y películas de terror americanas de los 70: El Exorcista, La Semilla del Diablo, entre otros, porque había algo de contención que me apetecía rescatar. En Los Otros la inspiración fueron películas de los 40, 50 y 60; y aquí de los 70. Quería rescatar el tono sobrio e incluso pausado de muchas de ellas. Pero sobre todo, tomarme muy en serio lo que estábamos contando».

Ambientada en una pequeña comunidad del Medio Oeste de EE UU, el pueblo y los enormes paisajes que lo rodean conforman un escenario muy particular, que aporta elementos extra a la historia. Lo explicó el guionista y director: «El Medio Oeste -dijo- está configurado por espacios muy grandes que contienen mundos muy pequeños. El de la película es un típico pueblo americano con las casas desperdigadas donde todos se conocen. En esos universos tan cerrados el sentimiento de culpa por haber cometido algún error se convierte en algo importante. La culpa es un elemento de peso en la vida de los protagonistas». Respecto a qué es lo que provoca el miedo en cada uno de nosotros, Ethan Hawke afirmó que la película explora nuestra relación con el miedo, por qué disfrutamos pasando miedo, o por qué lo odiamos y a la vez nos atrae. Gran parte del miedo y la culpa está en nuestra personalidad».

Para Fernando Bovaira, «Regresión es una película sobre el miedo, sobre cómo confrontamos nuestros miedos y sobre cómo a veces esos miedos se convierten en nuestro peor enemigo. Está estructurada como una historia policíaca en la que aparentemente no se encuentran pruebas del crimen investigado. A menudo en el policíaco el caos lo provoca alguien que comete un delito; a partir de ahí la policía, a través del éxito de la investigación, restablece el orden. En Regresión, el protagonista, se enreda tanto en el caso que se ve atrapado. El cazador de la verdad se convierte en presa».

Inspirada en una oleada de sucesos ocurridos en Estados Unidos durante la década de los 80, la película es a la vez, según Bovaria, una reflexión sobre la maldad y una exploración de los vericuetos de la mente. Las acusaciones iniciales que sirvieron de documentación para la escritura del guión nacieron en el contexto de un creciente poder político y religioso dentro de los EE UU, y luego se propagaron por el resto del mundo con desigual intensidad, llegando a calificarse como un caso de conspiración global no sólo por las fuentes más sensacionalistas.

«Hubo una serie de fenómenos reales -recordó Amenábar- en los que la investigación policial, el asesoramiento psicológico y la superstición convergieron en un intento por desentrañar un extraño y horripilante puzzle conocido como Abuso Ritual Satánico. La catarata de acusaciones y confesiones fue abrumadora, destruyó familias enteras, generó caos y pánico social y tuvo en numerosos casos duras consecuencias penales».

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