Está inspirada en los increíbles acontecimientos que sucedieron durante un intento por coronar la montaña más alta del mundo en 1966 y recrea el recorrido de dos expediciones que debieron enfrentarse a una de las peores tormentas de nieve que el ser humano ha conocido. Las dificultades y los peligros hicieron nacer amistades y el temple de los alpinistas fue puesto a prueba por elementos naturales desproporcionados, obligándoles a enfrentarse a obstáculos impensables y convirtiendo el sueño de una vida en una impresionante lucha por sobrevivir.
Una épica aventura con un reparto notable: Jason Clarke, Josh Brolin, Robin Wright, Keira Knightley, Emily Watson y Jake Gyllenhall.
La película ha sido producida y dirigida por el cineasta de Islandia Baltasar Kormakur, que debutó en 2000 con un éxito internacional, 101 Reikiavik y que desde entonces ha firmado 10 largometrajes, la mayor parte de los mismos vinculados al thriller. Con Everest, que concursó en el Festival de Venecia, alcanza el punto más ambicioso y comercial de su filmografía. La cinta, considerada una aventura de acción, se rodó a gran altura en el Everest, Nepal, en los Alpes italianos, en los estudios Cinecitta de Roma y en los Pinewood de Londres. Los acontecimientos del mes de mayo de 1996 fueron los más trágicos hasta entonces en la historia de la escalada al Everest, cuya cima, la más alta de la Tierra, supera los 8.800 metros sobre el nivel del mar, más o menos la altura a la que vuela un Boeing 747. El temible pico ha visto a miles de atrevidos alpinistas que sienten la necesidad de enfrentarse al mayor reto que ofrece la escalada hasta entonces.
Los medios del mundo entero siguieron minuto a minuto la historia, que no tardó en convertirse en el tema de varios documentales y de best sellers cuyas descripciones se contradecían a menudo. Uno de esos libros es Dado por muerto: Mi viaje a casa desde el Everest, en el que la película se inspira en parte, así como en la última conversación por satélite entre Rob Hall y su esposa, Jan Arnold. Las familias de los escaladores desaparecidos no hablaron públicamente de los trágicos acontecimientos; sin embargo, siempre existió un diálogo con los productores mientras se buscaba el momento oportuno para rodar un largometraje.
