Es la segunda entrega de la saga épica de El corredor del Laberinto, que solo ha tardado un año en disponer de la consiguiente secuela, y en ella Thomas y el resto de los clarianos tienen que hacer frente a un reto aún mayor: buscar pistas sobre la misteriosa y poderosa organización conocida como C.R.U.E.L. (Catástrofe y Ruina Universal: Experimento Letal). Su aventura les lleva a la Quemadura, un inhóspito lugar repleto de inimaginables obstáculos. Formando equipo con miembros de la resistencia, los clarianos se enfrentan a las fuerzas infinitamente superiores de CRUEL y descubren los estremecedores planes que la entidad tiene para todos ellos.
El estreno de esta cinta confirma con claridad las expectativas de futuro que se abrían ante la colección de libros de James Dashner, el primero de los cuales vio la luz en 2009. El segundo, Las pruebas, se publicó en 2010, y una tercera entrega, La cura mortal, se publicó en 2011. El éxito de la adaptación al cine, con un producto inicial que recaudó más de 340 millones de dólares en todo el mundo, ha sido tan esperado como rotundo y todo hace indicar que vendrán nuevos títulos. La apuesta de los productores de confiar la dirección a un novato, Wes Ball, ha tenido su recompensa en taquilla y las previsiones siguen siendo optimistas en esta continuación de las aventuras de los clarianos que vuelve a dirigir el mismo realizador.
La cinta arranca donde terminaba la anterior, cuando los clarianos son evacuados del helicóptero con el que han conseguido huir del laberinto. Un grupo de soldados enmascarados les lleva hasta un refugio subterráneo. El búnker está dirigido por el engañoso Janson, quien les proporciona un buen festín y cálidos lechos, mientras les advierte, «el mundo de ahí fuera se halla en una situación bastante peligrosa. Todos pendemos de un hilo extremadamente fino. Y el hecho es que vosotros, chicos, podéis sobrevivir a ese maldito virus?»
Janson ordena a los clarianos someterse a exhaustivos chequeos médicos, e interroga a Thomas sobre sus recuerdos de CRUEL, exigiendo saber de qué lado está. La dominante presencia militar en el búnker no proporciona ninguna respuesta. Sin embargo, el huidizo Aris, que ha llegado procedente de otro laberinto, busca a Thomas y le conduce a un área restringida donde hay un montón de cadáveres apilados en camillas. Thomas sospecha que el búnker está dirigidopor CRUEL, pese a las afirmaciones en sentido contrario de Janson. Thomas debe convencer a los clarianos de que ahí no están seguros.
El director Wes Ball explicó que en este filme se averigua que existe un mundo mucho más grande esperando a Thomas y a los clarianos, un mundo que ha sido devastado por la acción del sol y de un virus letal. «Estos jóvenes -dijo- tienen que encontrar su lugar en ese mundo y descubrir cómo pueden recomponerlo».
