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Mientras seamos jóvenes

Reírse del choque de generaciones

¿Qué pasa cuando la Generación X colisiona con la Generación Z?

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Pretende responder a la pregunta de qué sucede cuando los miembros de la llamada Generación X -los últimos adultos antes de que la era Internet y las redes sociales pusieran patas arriba la cultura- chocan con la Generación Z. Ese es el objetivo que está en el corazón de la comedia de Noah Baumbach. Es el octavo largometraje del director y guionista norteamericano, que debutó en 1995 con Kiking and Screamin y que alcanzó notoriedad en 2005 con su espléndida Una historia de Brooklyn. Después ha realizado Greenberg y Frances Ha y ha terminado ya en 2015 Mistress America.

Ben Stiller y Naomi Watts son Josh y Cornelia Srebnick, una pareja felizmente casada de creativos de mediana edad de Nueva York. Han intentado formar una familia y no han podido, aunque tampoco les ha importado. Pero mientras Josh trabaja en el montaje de su enésima película intelectualoide, está claro que está bloqueado y que aún le falta algo. Es entonces cuando ambos conocen a Jamie y Darby, una pareja de jóvenes espíritus libres, espontáneos y sin ataduras, dispuestos a dejarlo todo en busca de su próxima pasión: juegos de mesa retro un día, comprar un pollo como mascota al otro. Para Josh, es como si se le hubiera abierto una puerta de vuelta a su juventud o a la juventud que quiso haber tenido.

Poco tiempo después los inquietos cuarentañeros Josh y Cornelia dejan de lado a los amigos de su misma edad para ir corriendo junto a estos jóvenes urbanitas que parecen estar tan conectados y son tan cool y desinhibidos. Antes de que se conociéran Josh admite a Jamie que los dos únicos sentimientos que le quedaban eran nostalgia y desdén. Pero, ¿es suficiente esta nueva inspiración para mantener la colaboración y la amistad con una pareja veinte años menor?

Esta es la historia de dos parejas, una en la difícil barrera de los 40 y la otra en la veintena, que descubren desconcertantes diferencias entre ellas, pero también, los mismos sueños insistentes que guían cada época. Baumbach ya exploró la angustia de los hijos de divorcios en Una historia de Brooklyn, la naturaleza de los hermanos difíciles en Margot y la boda, la soledad en Greenberg, y la esencia de ser joven y exuberante, así como la búsqueda de identidad en Frances Ha. Cada película se ha construido en torno a la observación de los personajes en momentos de tensión necesaria y absurda. Para él la historia de Mientras seamos jóvenes surgió de dos hilos que se trenzan: primero, el deseo de mostrar la dinámica concreta de las relaciones de nuestra era -matrimonios, amistades, y los lugares donde se mezclan-; y en segundo lugar, la necesidad de afrontar la comprensión que él mismo parece haber abandonado en la vanguardia de artistas jóvenes, y convertirse en alguien inquietantemente «establecido».

«He estado pensando mucho tiempo -declaró el director- en escribir una película sobre dos parejas diferentes y en cómo interactúan. Estoy interesado en los diferentes tipos de energías y dinámicas que tienen lugar entre las parejas. ¿Eres igual cuando estás solo con tu esposa que cuando estás con otra pareja o amigos? Por supuesto que no, y yo quería explorar eso en una película. Pero lo que muestran estas parejas particulares es que yo también estaba llegando a un punto en la vida en que me doy cuenta de que ya no soy la persona más joven de la sala».

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