Su título remite a un juego muy conocido en el que los participantes corren de un lado para otro, viéndose obligados a sentarse en una silla vacía cuando la música deja de sonar. Ese el reto de la protagonista, Perrine, una música casi profesional que busca su sitio sin parar. Es una producción francesa que supone el debut en la dirección de Marie Belhomme que nos cuenta la experiencia que vive una mujer que vive sola y trabaja como animadora en cumpleaños y otras celebraciones. Pero la música se detiene en el momento en que provoca accidentalmente que un hombre caiga en un vertedero y entre en coma. Movida por un sentimiento de culpa, hace lo posible para que despierte e intenta averiguar cada detalle de su vida hasta llegar a apropiarse de ella, de su trabajo, de su apartamento, de su perro. Pero todo cambia cuando se enamora de él. Protagonizada por Isabelle Carré, en el reparto figura la española Carmen Maura.
Según declaró la directora, lo que ella quería en principio era rodar la crónica de una joven un poco loca y torpe. «De hecho, corre mucho durante toda la película. Como si, en el juego de las sillas musicales, no hubiera encontrado todavía la suya. Ya sabes como se juega: los participantes bailan alrededor de las sillas y cuando para la música, tienen que coger una y sentarse. A Perrine no le queda otra que sentarse en la silla de otro: el hombre que está en coma y del que va a ir, poco a poco, apropiándose de su vida», explica.
