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Tomorrowland. El mundo del mañana

Una misión que cambiará el planeta

Geoge Clooney da vida a un hombre gruñón y desencantado en un lugar enigmático y futurista

George Clooney en una escena de «Tomorrowland».

Algunas de sus escenas más espectaculares se rodaron en Valencia, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y nos trae una llamativa y misteriosa aventura que viene avalada por el director, guionista y doble ganador de Oscar Brad Bird y protagonizada por el también galardonado con la estatuilla George Clooney. Unidos por un mismo destino, un genio cansado de desilusionarse y Casey, una brillante adolescente, repleta de optimismo con curiosidad científica, embarcan en una peligrosa misión para desvelar los secretos de un lugar enigmático en alguna parte en el tiempo y en el espacio conocido como Tomorrowland. El mundo del mañana. Lo que tienen que hacer allí cambia el mundo, y a ellos, para siempre. Es el quinto largometraje del realizador, que tiene en su haber títulos animados de la talla de El gigante de hierro, Los increíbles y Ratatouille y el producto de acción Misión imposible: Protocolo fantasma.

Para conocer el origen de esta película hay que remontarse a 1955, cuando Walt Disney creó una sección en Disneyland llamada Tomorrowland. En aquella época, los norteamericanos encaraban el futuro con optimismo. Con el paso de los años, sobre todo en los 70, la gente empezó a ver el futuro con un creciente pesimismo. Este cambio llamó la atención del guionista y productor Damon Lindelof, así que cuando empezó a sintetizar la historia de El mundo del mañana, investigó el significado de Tomorrowland para convertirlo en un argumento narrativo. Lindelof quería recuperar el optimismo de aquella época.

Fue entonces cuando Lindelof oyó hablar de una caja que se había descubierto por azar en un armario de los Estudios Disney. La misteriosa caja contenía todo tipo de planos y maquetas fascinantes, fotografías y cartas relacionadas con la creación de Tomorrowland y la Exposición Mundial de 1964. A Lindelof le entusiasmó el hallazgo y empezó a imaginar que el contenido de la caja era una especie de guía a una historia secreta que nadie conocía. Pero si fuera verdad, ¿cuál sería la historia? «Para mí -dijo-, la respuesta más evidente era que había un lugar llamado Tomorrowland que no era un parque temático sino algo que existía en el mundo real». Esta idea se convirtió en el punto de partida de la historia de El mundo del mañana, que Lindelof desarrollaría después con el director y productor Brad Bird y con el productor ejecutivo Jeff Jensen.

Cuando Clooney recibió el guión y la oferta de interpretar la cinta, le intrigó el proyecto y decidió aceptarlo. El actor describe a su personaje de Frank como «un gruñón desencantado que fue un joven soñador, un niño prodigio dotado para la ciencia. El joven Frank va a un lugar que cree que es el mejor del universo y está convencido que el mundo va a ser mucho mejor gracias a ese descubrimiento. Pero averigua que no es verdad y se convierte en un hombre tremendamente cínico. Se aísla en la granja de su familia para pasar allí el resto de su vida. Pero se ve obligado a enfrentarse a su pasado debido a una serie de circunstancias que se producen en la película».

Cuando llegó el momento de crear una ciudad construida por visionarios y dotada de la tecnología más avanzada, los realizadores supieron qué aspecto debía tener y que no iba a ser nada fácil encontrar un sitio así. Al principio, creyeron que había que construir Tomorrowland de cero, un proyecto largo y muy costoso. Pero se produjeron una serie de afortunadas coincidencias y Tom Peitzman, el productor de efectos visuales y coproductor de la cinta, dio con una localización de aspecto muy futurista y se la enseñó al director Brad Bird. El sitio era la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia en España, que diseñó Santiago Calatrava, cuyo trabajo ya había sido fuente de inspiración para el diseñador de producción Scott Chambliss. El descubrimiento también encajaba con la preferencia del director Brad Bird por las localizaciones físicas en detrimento de los escenarios virtuales.

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