Ha sido difícil contactar con él. El éxito le persigue y las solicitudes se acumulan. Tras cerrar periplo en Sudamérica ahora su gira Terral pisa los escenarios de España y de algunos países de Europa, prueba de que su figura sigue sobrepasando fronteras. Cuando Pablo Alborán (Málaga, 1989) atiende la llamada de INFORMACIÓN se encuentra en un aeropuerto que le va a llevar de Lisboa, ciudad en la que acaba de actuar, a Bucarest, escenario que pisa por primera vez antes de cantar esta noche en Almería y mañana en la Explanada de la Universidad de Elche (22 horas). Apenas tiene 10 minutos para contestar antes de que la megafonía anuncie que debe subir al avión que le dirige a la capital rumana. Tiempo suficiente para hablar sobre música, sobre una generación de jóvenes que vive expectante los cambios políticos y sobre cómo una persona que este domingo cumple 26 años es capaz de digerir un éxito tan precoz.
¿Cuál es su ánimo ante tanto viaje?
Estoy feliz, agradecido por visitar por primera vez sitios nuevos y maravillosos. Pero lo más bonito es volver a España, mi tierra, y repetir en los lugares en los que ya he estado. Ese es el verdadero reto que tengo por delante.
Llega a Elche para presentar Terral, ¿qué novedades hay en esta gira?
A nivel estético y visual hemos apostado por un diseño nuevo y un directo espectacular. En los conciertos pasa de todo y hay espacio para revisar los temas de los discos anteriores. Hay un tiempo de baladas y otro más rítmico, más cañero, con timbales y percusión. Hemos hecho hincapié en lo visual y se ha logrado un gran engranaje con la parte musical. En cuanto a las fechas, he terminado en Sudamérica y estaré por España hasta noviembre, que me iré a Estados Unidos. Es la primera gira tan grande que he hecho, me ha permitido ir a muchos sitios nuevos.
Cada vez que actúa en un lugar se convierte en un acontecimiento, ¿qué siente por ello?
Agradecimiento. No paramos de trabajar, voy a seguir buscando la forma de vivir de la música. Nos va muy bien y así lo reconocemos. Hacer una gira es un regalo como están las cosas. Poder producirla, crear un espectáculo como el nuestro, ya es una pasada. Vemos la respuesta de la gente como un privilegio.
¿Se considera heredero de los grandes cantantes que ha tenido España?
Eso sería una responsabilidad grande y ya tengo bastante presión. Este es otro momento y lo que hay que hacer es disfrutarlo. No pienso en ser heredero de nadie, la música es sólo música.
¿Cómo se asimila el éxito tan joven?
Con mucho respeto por la profesión, estoy enamorado de ella. Respeto al equipo de trabajo, a los medios, la compañía, al público que compra su entrada o su disco... Hay que valorar todos los eslabones de la cadena. Si falta uno, esto no funciona. Es una cuestión de equipo y de realidad. Me gusta vivir en la Tierra, en la luna se está solo. Lo que me pasa es para vivirlo con amigos, familia y el resto de la gente que me quiere. Soy muy normal, mis gustos y caprichos no cuestan dinero. Son sencillos y no creo que esto cambie en el futuro.
¿Por qué ha fichado por Warner?
Era el momento de cambiar, es positivo. Me he visto envuelto en muchas variaciones dentro de la industria. Si han sucedido ha sido por algo y hay que sacarle el máximo partido. Aproveché para volver a mi tierra y tomé las riendas de mi vida. Seleccioné a los músicos con libertad y tranquilidad. Me he involucrado en la producción y he hecho el disco como he querido, sin prisas y sin reparar en las expectativas del público.
¿Estuvo mucho tiempo ausente?
Estuve un tiempo retirado mientras se produjeron los cambios. Apagué el teléfono, desconecté y busqué nuevos caminos. Lo mejor fue volver a mi tierra.
¿Se ve viviendo fuera de España?
Soy familiar y me costaría mucho separarme de mi gente. Me gusta mi tierra y no me quiero ir. Por trabajo he salido temporadas pero mi núcleo siempre estará aquí.
¿Sigue la actualidad política?
Sí, por supuesto. Que me vaya bien y tenga trabajo no quiere decir que pase de soslayo por el mundo. Soy joven y varios amigos se han tenido que ir fuera. No encuentran trabajo, no tienen salidas, después de muchos años de formación. Y el país tiene más problemas, por lo que hay que estar comprometido.
Su gremio también tiene dificultades, la semana pasada llevó a cabo la iniciativa el Día sin música...
Me involucré en la jornada porque el IVA está por las nubes y no puede haber proyectos. Están desapareciendo puestos de trabajo. Los promotores y los productores jóvenes no pueden arrancar.
¿Sigue los programas de televisión relacionados con la música?
Sí, todo lo que tiene que ver con la música me interesa. Pero no me veo capaz de juzgar ni de enseñar a nadie, llevo poco tiempo en esto. En el futuro sería una experiencia divertida y positiva, siempre desde el respeto.
