Cuenta un tema de rabiosa actualidad entroncado de lleno con la crisis económica, la forzada emigración a Alemania de jóvenes españoles que no encuentran trabajo en nuestro país y es el tercer largometraje del director Nacho García Velilla, tras Fuera de carta y Que se mueran los feos, que tuvieron una magnífica acogida en las pantallas. Forjado en televisión, dirigiendo series como 7 vidas y Aida, ahora nos cuenta en clave de comedia, pero sin restar en ningún momento dramatismo a situaciones en muchos casos muy tristes, la aventura de dos amigos que, ante las dificultades de encontrar un trabajo en España, deciden emigrar a Alemania en busca de una oportunidad laboral, alentados por el programa de televisión Españoles por el mundo.
Pero cuando llegan al país germano se dan cuenta de que nada es fácil y descubrirán que estar de más en un sitio no significa encajar en otro. El argumento contiene un innegable rasgo intergeneracional al combinar las historias de jóvenes inmigrantes con las de viejos inmigrantes españoles que llegaron a Alemania hace 40 años y que observan perplejos el aterrizaje de una nueva generación de compatriotas. Eso sí, en esta ocasión sin boina ni maleta de cartón sino con ordenador portátil y teléfono de nueva generación.
Con Yon González, Blanca Suárez y Julián López de protagonistas, respaldados por el insigne veterano José Sacristán, la cinta trata de abordar en profundidad la realidad de los compatriotas que llegan a Alemania con el propósito de encontrar la oportunidad que no tiene en nuestro país. Por eso, antes de comenzar a rodar, Velilla y su equipo enviaron cuestionarios a un centenar de jóvenes españoles que vivían o habían viviendo en Alemania como trabajo previo de documentación. Como decía el actor Miki Esparbé, todos tenemos colegas que han emigrado, que se han tenido que ir a Londres, a Berlín o Ámsterdam con algo de dinero ahorrado para intentar buscarse la vida. Y en muchos casos tienen que trabajar de lo que salga, muchas veces por orgullo, para no tener que volver a casa de sus padres». Esparbé da vida a Rafa, el hermano macarra y buscavidas de Carla (Blanca Suárez), mientras Hugo (Yon González) y Braulio (Julián López) encarnan una pareja de amigos un tanto quijotesca: el primero, soñador, el segundo, con los pies algo más en el suelo.
El director manifestó que ha intentado repetir la formula de las películas de Berlanga o Fernando Fernán Gómez «estos genios que trataban un trozo de la realidad española y a través del filtro de la comedia la hacían mas digerible e incluso te daban más que pensar que a veces que el drama». Por eso, la película, a pesar de abordar un tema similar, está en las antípodas de Vente a Alemania Pepe. Su intención es situar a los nuevos emigrantes frente al «irónico escéptico que vino con boina y maleta, que recuerda lo duro que fue y que critica a los otros porque vienen de pijos».
