El vigués Josete Díaz Villanueva abandonó el proyecto del grupo Martynez para alumbrar un nuevo conjunto, al que ha bautizado con su propio apellido, toda una declaración de intenciones. El cantante gallego presenta ahora en Alicante su nueva etapa musical con el concierto que ofrece esta noche (22 horas) en la sala Stereo. Viajes de ida es el nombre de su disco. «Es que no creo en los viajes de vuelta, aunque sean al mismo punto de origen siempre son en distintas líneas de tiempo», explica antes de iniciar la entrevista.
¿Qué va a tocar?
Voy a reproducir el disco tal cual, las diez canciones, más una sorpresa, otro tema que hemos compuesto. Quiero dejar plasmado en directo el ADN del álbum, mostrar sus vísceras. Vuelvo a Alicante para presentar mi proyecto. Ya actué en la ciudad en los conciertos de la Volvo como teloneros de Vetusta Morla. Fue un pequeño aperitivo.
¿Ha quedado satisfecho con el resultado de su disco Viajes de ida?
Es un disco de autor con ciertas melodías pop. Cuenta con muchas guitarras, acústicas y eléctricas. Las letras cobran importancia y está influenciado por Wilco, David Bowie, Patti Smith... Tiene una aureola de oscuridad, quizá porque soy gallego. Ahora estoy fuera del local de ensayo y está lloviendo. Algo tendrá que ver.
Al escuchar los diez cortes del disco queda la sensación de que cuenta una única historia...
Hay canciones, como la primera, que es una carta de despedida. Le sigue un viaje con un sentimiento muy parecido al que tenía Geena Davis en Thelma y Louise. De ahí sale Bombas nucleares, nuestro primer single. Hemos buscado un orden intencionado de las canciones. No es un trabajo contextual pero tiene argumentación. Creo más en discos que en singles. Los álbumes tienen que tener su mundo, su vida, no las canciones sueltas que te descargas por ahí.
¿Cómo se abre paso en la música?
Es un proceso de pico y pala. Tiene que haber una selección natural. Ahora me meto los más de 1.000 kilómetros que separan mi tierra de Alicante. Viajo con la misma ilusión de tocar ante 20 personas que ante 5.000. Y al día siguiente me esperan otros 500 kilómetros. El camino se hace al andar, sin crearse expectativas. Somos músicos de corazón, nos dedicamos a esto en cuerpo y alma. Trabajamos por amor al arte, no para sacar algo. Hay que estar locos también, entendemos nuestra vida girando.
Veo que cree mucho más en la música que en Internet...
Completamente y tajantemente. Es tan fácil que se vuelve difícil. La gente se olvida de que la música está formada por canciones. Los videoclips y demás son una tontería. Buscar un pelotazo en Internet es pan para hoy y hambre para mañana. Se trata de componer, tocar y mostrar tu obra, no hay otro truco, no creo en varitas mágicas. La música la forman canciones, no las redes sociales.
¿Qué aprendió con Martynez?
Los valores de una escena. No todo está hecho aunque parezca que ya lo tienes. Ahora cuento con el apoyo de una discográfica, de una agencia. Eso hace que me relaje menos. Sé lo que es una pegada de carteles. Estoy pendiente de todos los procesos, de estar presente en la toma de decisiones.
¿Ha cambiado su forma de cantar?
Dirán que me he vuelto un pirado, que hago música rara. Pero seré lo que quiera ser en cada momento.
La actuación es esta noche a las 22.00 horas en la sala Stereo. La entrada cuesta entre 6 y 8 euros
