Le ha resultado difícil no quedarse encasillado en su papel en Los Serrano?
Creo que la gente que me sigue ha cambiado ese punto de vista. Es algo que no puedo controlar. La bueno es que me da una buena oportunidad de sorprender.
¿Cómo es su personaje en Feelgood?
Es un sinvergüenza (risas). Es el director de comunicación del presidente y hace todo lo posible por alcanzar lo que quiere, aunque para ello tenga que pasar por encima de todo. Es un lobo.
¿Puede dar una pista sobre la trama de Feelgood?
Es una especie de Watergate terrible y cómico (risas). Una confidencia lo vuelve todo un poco loco y divertido.
Pedro Sánchez es uno de los espectadores que ha visto la obra, ¿los políticos sacan alguna conclusión al respecto?
En la actualidad pasan cosas así y cada uno saca sus conclusiones, además la realidad por sí sola nos actualiza la función. Creo que la obra llega a todos porque trata del mal uso del poder. Los que la presencian se llevan un rato de debate. Después de ver la actuación el espectador nunca ve los discursos políticos de la misma manera porque ahora ve la trastienda. Además el autor, Alistair Beaton, estuvo metido en este mundo, por lo que todo resulta bastante real.
¿Se atrevería Mariano Rajoy a ver la obra?
Fue invitado y aún no ha venido a verla, pero creo que estaría encantado de venir.
¿Cuál es la reflexión principal que deja Feelgood?
Que hay pérdida de humanidad en el sistema político actual. A veces es más importante no perder votantes que los intereses de los ciudadanos, hay una desconexión entre el poder y el ciudadano de a pie.
En la serie B&B comparte rodaje con Dani Rovira, ¿cómo es?
Nos llevamos bien, hemos hecho buenas migas. Al ser los dos de Málaga tenemos un humor parecido.
¿Esperaba presentar los Goya?
Sí, tenía información privilegiada. Algo me comentó en el rodaje.
