Inspirada en hechos reales, sigue los pasos de un joven refugiado de la guerra civil sudanesa que, junto a otros «Niños Perdidos del Sudán», gana un premio de la lotería para reubicarse en Estados Unidos. Tras su llegada a Norteamérica, los jóvenes son presentados a Carrie, una trabajadora social que, consciente de las privaciones que han sufrido, intenta enseñarles a desenvolverse en el mundo moderno. Todos ellos eran jóvenes víctimas, que quedaron huérfanas como resultado de la brutal guerra civil de Sudán iniciada en 1983. Viajaron más de 1.600 km a pie en busca de un lugar seguro, quince años antes de que una campaña humanitaria llevara 3.600 niños perdidos (y también niñas), a Estados Unidos. Aunque Carrie logró evitar cualquier tipo de implicación emocional, ella es justo lo que necesitan estos refugiados, que precisan desesperadamente ayuda para moverse por el siglo XXI y rehacer sus destrozadas vidas. Así que Carrie emprende su propio viaje por territorio desconocido y consigue para ello la ayuda de su jefe, Jack. Juntos, sobre el telón de fondo de las pérdidas que todos ellos han experimentado, los niños perdidos y estos insólitos desconocidos descubren el humor en el choque de culturas, así como el sufrimiento y la esperanza en los retos que plantea la vida en EE UU.
El director canadiense Philippe Falardeau se ha encargado de dotar de vida a una historia de supervivencia y de triunfo que está protagonizada por la oscarizada Reese Witherspoon, y los actores sudaneses Arnold Oceng, Ger Duany, Emmanuel Jal y la novel Kuoth Wiel, algunos de los cuales también fueron niños de esa guerra y sufrieron experiencias traumáticas no muy distintas a las recogidas en la película. Aunque los personajes de la película son ficticios, ésta refleja lo vivido por muchos durante esos años, y muestra sus tragedias y sus triunfos, en una historia que celebra la fortaleza del espíritu humano. «El guión ofrecía una verdadera perspectiva del encuentro entre estos dos mundos», señaló Philippe Falardeau.