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Vivir: ¿Una maravillosa odisea?

Contagiando ideas

Vengo algo sádico y, como sé que no está vacunado, quiero contagiarle algunas ideas.

Contagiando ideas Silvia Martín

¿Ud. elige ser feliz? la vida es para disfrutarla, no para sufrirla, pero su actitud decide si ve la botella vacía o llena y casi siempre está a la mitad. Por favor. Póngase las gafas de la abeja que ve sólo flores y no las de la mosca, que sólo ve porquería. Ud. decide si disfrutar este maravilloso viaje en crucero con el que navegó por el Rhin o se queda con que el último plato de la cena estaba falto de sal.

Viva con plenitud, y no se comporte como decía John Lennon: la vida es lo que sucede mientras hacemos otra cosa. Y recuerde que el pasado se fue, y el futuro es imprevisible; y sólo tiene el ahora, vívala con plenitud y disfrute el camino.

Que la ilusión ilumine su vida. En ella elija lo que de verdad importa: dar las gracias, pedir perdón y decir te quiero. Le recuerdo que en la vida las matemáticas fallan, que el que más da, más le queda y los que más agradecen, más reciben. Conozco gente muy pobre que da mucho. Muchas veces vivimos muy rápido, para llegar a ninguna parte, sin apreciar que lo que más vale lo tenemos cerca, aunque no lo veamos. Lo importante no es la meta, sino disfrutar del camino.

Sepa que, si lo piensa es usted muy rico: si siente, oye o comparte, ambos, aunque no lo aprecie. Pero no sea como algún rico que he conocido, que era tan pobre que creía que sólo podía dar dinero. No llore por la leche derramada, lo que de verdad importa es que no caiga más.

Puede ser líder pero sólo lo son aquellos a quienes los otros les erigen. Actúe bien para que le hagan líder. Transforme su grupo de trabajo en equipo, así todos suman y las diferencias les enriquecen.

Mire en su espejo interior qué valores o fortalezas posee. Piense por cuáles de ellos dentro de 25 años un joven le elegiría como personaje de referencia. Esfuércese en vivir así para conseguirlo.

Sin duda tiene gran mérito acabar cualquier estudio o lograr cualquier trabajo; lo ha demostrado. Ahora debe demostrar que también es poseedor de un gran corazón; es más importante.

Querer es poder; recuerde la historia del bajito que hizo un gran salto de altura y que cuando los periodistas asombrados le preguntaban cómo lo había hecho el respondió: creí que podía hacerlo, si no ni siquiera lo hubiera intentado. Las únicas batallas que siempre se pierden son las que no se dan. Sólo los optimistas alcanzan altas cumbres y se acercan a las estrellas, eso lo dijo alguien que era sordomuda y ciega.

Si en su camino abre su corazón y encuentra muchos nombres tiene mucha suerte, ha vivido bien su vida y la ha enriquecido. En la baraja de la vida puede que le entre un as de corazones, que es muy grande, pero más que las cartas que tenga, importa el que las juegue bien. Jugarlas bien puede ser no dedicarse a acumular muchos bienes materiales sino dedicarse a entregarlos o compartirlos. No baile la yenka, de un pasito para adelante, pero ninguno para atrás. Camine siempre hacia delante.

Sonreír no es iluminar sólo su cara, sino la de los otros. Suele ser contagioso. No luche por ser el que más bienes materiales acumuló en la vida, sino el que más cariño y afecto regaló en ella. Hacer sonreír a los demás puede ser el primer paso para que sean felices.

Gobierne su vida, no dé ese poder a la opinión de los demás. Sea autentico; que nada separe lo que piensa de lo que dice y lo que hace. Un amigo me dijo: cuida tu jardín, referido a tu entorno: familia, compañeros o amigos, etc. Yo añado: y además, procura que este sea grande y ayuda a tus semejantes a cuidar el suyo.

Una gran actriz dijo: tus metas deben ser grandes, para no perderlas mientras las persigues, y el poeta, que se hace camino al andar, pero eres tú el que fija el destino, sea o no el paraíso. Orienta a él los pasos a diario.

La bondad abunda, pero la vemos menos que la maldad. Las virtudes que alimentan nuestra vida no las venden en el mercado, tenemos que plantarlas y hacerlas crecer nosotros.

No hay peor sordo que el que sólo se oye a sí mismo. Es la pérdida de audición más grave. Conversa solo y no escucha a los demás.

Por favor viva las dificultades como posibilidades y esfuércese en superarlas. Casi todo lo que merece la pena necesita esfuerzo para alcanzarlo. Decía Freud: ¡He sido muy afortunado en la vida, todo me ha costado mucho!

En la vida hay sufrimiento, pero gracias a ello hay compasión y comprensión.

Apreciar y contactar con la belleza de la naturaleza hace que la vida sea más hermosa.

Compasión es sufrir con el otro y querer aliviar sus dolores. Estar presente en la vida de los demás es un buen regalo que todos podemos hacer. Estar presente expresa que formas parte de otros y ellos de ti. Un primer paso es la empatía, y recuerda que el mejor regalo que se puede hacer a un niño que es estar con él.

Recordar es volver a vivir, cuando vives tu vida y te paras en los recuerdos, vives tres veces.

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