12 lunesQUE PAGUE Y DIOS LE COBRE
Este ha sido el resignado epitafio de la madre de Ana Julia Quezada, acusada del asesinato del niño Gabriel. Siempre impaciente, la muchedumbre prefiere obviar el trámite divino y ajusticiar sin dilaciones a la infractora. Es una reacción tan protocolaria como la del progresismo gagá que ha satanizado a los disidentes de las movilizaciones feministas de la semana pasada y ahora atribuye el linchamiento coloquial de la detenida al triple estigma de ser mujer, negra y emigrante. La descerebrada reflexión es que el estruendo sería menos sanguinario si se tratara de un varón blanco y castellano recio, una hipótesis tan estrafalaria como la de que la «prisión permanente revisable» puede disuadir a alguien psicológicamente pertrechado para secuestrar y estrangular a un niño. Esto tal vez sea posible si el móvil es la codicia, pero no cuando se mata por venganza o en un arrebato pasional. Además, la finalidad de la norma es tranquilizar a las víctimas potenciales y cubrir una dosis de la venganza reclamada por las reales, no escarmentar ni intimidar a la bestia.
13 martesEL HAZMERREÍR
La televisión anda reponiendo «El infiltrado», una tortuosa trama de Le Carré sobre traficantes de armas, servicios secretos ambiguos y héroes solitarios. A pesar de algunos boquetes del guión, la solvencia del reparto y el ritmo inquietante fructifican en una sólida historia de bajos fondos con atrezzo de suites y descapotables en la que el protagonista desarbola a los cabecillas de la red mafiosa sin perder casi nunca esa inmunidad sentimental que distingue al profesional implacable. Ustedes se preguntarán si es un tema que merezca ciento ochenta palabras y es una buena pregunta, pero ocurre que no puedo dejar de pensar en «El infiltrado» desde que apareció un micrófono en el despacho de un concejal alicantino. Por contraste, claro: nadie sabe quién lo colocó, por qué no se avisó inmediatamente a la Policía, si el artefacto funcionaba ni qué conversaciones pudo captar. Asumiendo que las mañas de la anterior corporación inspirarían sobradamente a Le Carré una saga de sórdidas novelas, el itinerario de la actual sólo puede recordar el de una romería desafinada bajo un aguacero de tránsfugas, querellas e imitadores de Mortadelo.
14 miércolesARITMÉTICA PARDA
14 miércoles
«Hoy se pagan más pensiones que nunca y más altas», sería un resumen fidedigno de la intervención de Rajoy en el Congreso. Ha olvidado añadir que se pagan más pensiones porque hay más pensionistas y que se han incrementado austeramente algunas y congelado otras sin remordimientos. Pero el presidente es respetuoso con la liturgia parlamentaria y entiende que esas objeciones corresponden a la oposición, una pintoresca arca de Noé que en estos temas tropieza forzosamente con la evidencia de que cualquier Gobierno controla el gasto y puede desactivar las protestas con un aguinaldo preelectoral. Casualmente, tales parecen ser las intenciones de Rajoy y de ahí la avalancha de negociaciones con policías, guardias civiles, docentes, sanitarios, administrativos y, fundamentalmente, pensionistas. Que cuatro ancianitos hayan provocado un ataque de pánico gubernamental confirma que la prioridad instintiva del gobernante es suministrar carbón en invierno, pan siempre blando, marido a las viudas, lectores a los poetas y tal vez consuelo a los inconsolables. Suele ser la fórmula idónea para ganar elecciones porque, como decía Keynes, a largo plazo todos estaremos muertos.
15 juevesPLENO DE DIFUNTOS
15 jueves
El legislador ha recurrido con deje de mala conciencia a un oxímoron (prisión «permanente revisable») para designar una medida que está vigente en el resto de Europa sin que, a diferencia de sus colegas españoles, los juristas franceses, alemanes o escandinavos hayan percibido su inmoralidad. En cuanto al espectáculo tabernario del Congreso, no abundan los parlamentos capacitados para debatir con una navaja entre los dientes sobre niños asesinados o desaparecidos en presencia de sus familiares hasta conseguir que éstos adopten unánimemente la mueca de «joder, qué tropa». Puedo entender los motivos demoscópicos de PP y Ciudadanos («populismo punitivo» lo ha llamado un cronista desafecto), e incluso la incompatibilidad filosófica de Podemos, que considera que los carceleros deberían ser los encarcelados y viceversa, pero resulta inconcebible que el PSOE se haya dejado atrapar en un debate ruinoso en el que, por muy campanuda que pose Margarita Robles, los socialistas no afrontaban una cuestión ideológica sino de oportunidad política. Se precisa mucho talento para apoyar la derogación de la prisión permanente revisable tras el martirio de un crío.
16 viernesLOS MUROS DE BABILONIA
Análisis de sangre en el hospital. Entro con mucho retraso en la sala y unos berridos próximos aclaran la tardanza. «Cuando hay niños, las citas se descuadran», me comenta la enfermera. «Hacen falta dos compañeras para sujetarlos», añade dando a entender que falta personal o sobran niños. Mientras busca una vena aceptable en mi brazo, alguien aúlla y esta vez no es un niño, sino una voz varonil. Le pregunto con la mirada y ella sonríe: «Los hombres se quejan más que las mujeres». Como la vena sigue en paradero desconocido, amplía la información: «Cuando entra un maromo tatuado con barba de dos días que habla de "un pinchacito de nada", sé que se va a desmayar». Intentando salvar mi dignidad masculina, conjeturo que tanta cobardía de género puede deberse a la supresión del servicio militar obligatorio o a la comida precocinada. Ella tuerce la boca con escepticismo y entonces comprendo que atribuye el contraste a causas biológicas y no ambientales. En términos líricos, detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer; detrás de una gran mujer no hay nadie. Por fin ha localizado una vena. El dolor es insoportable, pero no me atrevo a llorar.¡
