Destacado colaborador en materia energética del presidente Obama y cofundador del Centro de Política de Energía Global de la Universidad de Columbia (Nueva York), David Sandalow es un firme militante en la lucha contra el cambio climático y un defensor sin fisuras de los coches híbridos eléctricos como arma capital para conseguir la victoria. Este filósofo y abogado norteamericano acaba de exponer sus recetas en Madrid en la Fundación Ramón Areces, invitado por los analistas de Economics for Energy, para reducir sustancialmente la contaminación de nuestro planeta. La llegada de Trump a la Casa Blanca cogió con el pie cambiado el plan que había elaborado para que el nuevo presidente de EEUU pusiera fin a la adicción de su país al petróleo mediante ayudas a los compradores de vehículos no contaminantes y al replanteamiento de las fábricas de automóviles. En su opinión, España dispone de extraordinarios recursos en energías renovables que puede explotar con éxito.
Señor Sandalow. ¿Qué no estamos jugando con el cambio climático?
Está en juego el futuro de la humanidad que durante miles de año ha vivido en un clima bastante estable, el del Holoceno, para verse ahora comprometida por la continua emisión de gases de efecto invernadero.
Usted llegó a elaborar un plan para que el presidente de los Estados Unidos pusiera fin a la adicción al petróleo, pero no se podía imaginar que ese presidente sería Donald Trump, firmemente decidido a llevarle la contraria.
¡Quién me iba a decir a mí que Donald Trump iba a ser el presidente de Estados Unidos! Trump se equivoca en muchas de sus políticas y una de ellas es la energética porque no se quiere dar cuenta de la revolución tecnológica que facilita energías más limpias y cuyo impacto en la economía es brutal. Trump vive anclado en el pasado y no mira al futuro.
Como estrecho colaborador de Obama cuando fue presidente de los Estados Unidos, ¿cree que se implicó suficientemente en aplicar su receta?
Desde luego. Hasta el punto de llamar por teléfono a otros líderes mundiales para desarrollar el Protocolo de París. Todas las recomendaciones que le di las tuvo en cuenta porque es una persona que se informa de todo y toma las decisiones una vez que las ha madurado.
¿Sigue apostando por primar la compra de vehículos híbridos enchufables?
Por supuesto. Los coches híbridos eléctricos son el futuro, sobre todo, en China. Su tecnología combate el cambio climático porque se pueden recargar con paneles solares o eólicos que no contaminan. Los vehículos eléctricos deberían de tener ayudas públicas y los gobiernos, adaptar ya las infraestructuras para ellos.
¿Qué otras ventajas presentan este tipo de vehículos que hoy por hoy son bastante más caros?
Sus prestaciones son en muchos casos superiores a las de los coches tradicionales y aunque de entrada cuesten más, a la larga salen más baratos porque no utilizan combustibles fósiles.
¿Cómo afectaría esa política a las fábricas de automóviles tradicionales en Estados Unidos?
En Estados Unidos, Tesla es el líder en la fabricación de este tipo de vehículos y el resto de las compañías siguen a esta empresa muy de cerca porque la mayoría considera que el futuro está ahí. Muchos fabricantes ven en este producto una oportunidad. Saben que los conductores de Tesla están encantados con sus coches.
Supongo que los grandes accionistas de las compañías petroleras ejercerán toda la presión posible para evitar la caída de su negocio.
La influencia de los lobbies en la política estadounidense ha sido siempre muy fuerte. En el sector energético, unos están más que dispuestos a bloquear esta travesía hacia las energías limpias, pero otros ven en ella una oportunidad de negocio.
¿Están incluso detrás de la elección del presidente de los Estados Unidos?
Sí. Lo hacen a través de las donaciones que juegan un papel muy importante en nuestro sistema de elección de los candidatos a presidente de la nación.
¿Cómo va afectar la política de Trump a la emergente voluntad mundial de combatir el cambio climático?
Paradójicamente cuando Trump anunció su intención de salir del Protocolo de París, la mayoría del resto de países se desmarcó de él. Ni una sola nación potente ha seguido a Trump y eso es una buena noticia.
Deme por favor su opinión sobre cómo van el plan de desarrollo de energías renovables en China, un asunto que usted conoce bien.
China es el mayor emisor de gases del planeta. La política energética y de cambio climático de China tiene un impacto enorme en el mundo. Hoy China es el mayor consumidor y productor de energía renovable del mundo, fabrica e instala más paneles solares que cualquier otro país y está a la cabeza en el uso de energía hidráulica y eólica y en la utilización de coches eléctricos. Lo que pasa es que aún depende mucho del carbón que tanto contamina.
¿Me puede dar su opinión sobre los bandazos dados por la política española en materia de energías renovables?
No seré yo el que critique una política que ha sido tan criticada, pero España debería de ser consciente de que cuenta con extraordinarios recursos renovables que puede explotar con éxito.
¿Le ve algún futuro al carbón y por tanto a sus centrales térmicas?
El carbón fue la energía del siglo XIX, pero en el XX ya empezó a descender su uso, sobre todo en Estados Unidos, porque apostó por el gas natural y las renovables. En China, después de décadas de crecimiento su consumo está ahora estancado. En otros países hay aún muchas centrales térmicas a pesar tener una gran responsabilidad en el cambio climático.
¿Hay que renunciar también a la energía nuclear como fuente energética?
La energía nuclear es importantísima en la lucha contra el cambio climático porque no genera emisiones de carbono. Pero es que es muy cara y tiene muy mala fama entre la población.
De hecho en España cerramos centrales nucleares, pero soportamos los riesgos que suponen porque tenemos al lado las de Francia, que no escandalizan a nadie.
Creo que si se abaratase, el proceso de generación de energía nuclear sería muy bueno.
Dígame sinceramente si cree que el mundo comienza ya a echar de menos a Barack Obama.
Por supuesto. Nunca habíamos tenido en Estados Unidos un presidente como Trump sin experiencia política ni aprecio por los valores democráticos. Es muy difícil echar a un presidente de Estados Unidos porque lo protege la Constitución. Solo se fue uno, Nixon, así que creo que tenemos Trump hasta 2021. Obama además ha sido un presidente extraordinario, reflexivo y capaz de mirar con lucidez al futuro. Nos demostró además que un afroamericano podía llegar a la Casa Blanca, algo impensable hasta que él lo logró.
Pero la popularidad de Trump sigue creciendo en Estados Unidos. ¿Cómo es posible?
Hay un pequeño grupo de norteamericanos que siempre apoyará a Donald Trump, pero le aseguro que es el presidente más impopular de toda la historia de Estados Unidos.
