No dudo que habrá otros más, pero los que les cuento me vienen a la cabeza a la hora de redactar estas notas, y lo que es aún mejor para mí es que, aunque admiro a todos, a muchos de ellos los conozco. ¡Qué lujo! No todos son alicantinos, pero viven en estas tierras y lo importante es que sus aportaciones iluminan toda España.
Nunca creí que podría presumir de alicantinos en el mundo de la ciencia; sin embargo, empiezo por ellos. Supongo que conoce que Francis Mojica ha sido propuesto al premio Nobel, una vez en medicina y otra en biología. Su aportación a la ciencia es admirable. Ha desarrollado un sistema de corta y pega de genes, llamado CRISPR 1, con el que se podrían introducir genes en las células para retrasar nuestro envejecimiento, y también introducir células adultas en embriones de animales para que en ellos se generen órganos que pueden ser luego utilizados por el donante y que no serán rechazados. Incluso pretende que si se detecta que una embarazada tiene en su útero un niño con síndrome de Down, se pueda actuar sobre ella y hacer que en el embrión elimine el cromosoma de más que hace que pueda nacer con esa anomalía.
También incluyo aqui a María Blasco, actual directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas y directora del laboratorio de telómeros y telomerasa. Estas estructuras son algo que todos tenemos en nuestras células y que cada vez que ellas se dividen y envejecemos se acortan. María trabaja para evitarlo y hacer que nuestra vida se prolongue, y a la vez no tengamos las enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
En el terreno de la ciencia hay que citar también a Nuria Oliver, informática alicantina muy joven, ingeniera de telecomunicaciones, doctora por el Instituto tecnológico de Massachusetts. También es directora de investigación en ciencia de datos de Vodafone. Sus publicaciones y artículos son ampliamente valorados y se han orientado a modelos computacionales del comportamiento humano, la inteligencia artificial, la integración de las personas con las máquinas, la informática móvil y a los big data para bien social.
Quiero detenerme también en la tauromaquia. Yo no soy taurino, pero, y aunque ahora está muy denostada, ha sido una de nuestras señas de identidad. Alicante ha sido cuna de algún gran torero como José María Manzanares.
No puedo olvidarme ni debo de una gran deportista que nos engrandeció, se trata de Míriam Blasco. Destacó fundamentalmente en el campo del judo y ha conseguido que su nombre se funda con la ciudad dando nombre a una magnífica avenida. También en el terreno del deporte, concretamente de tenis, David Ferrer brilla con luz propia.
España destaca en el mundo por la creatividad de su cocina, y aquí, en Alicante, dos «masters chefs» han elevado la nuestra a categoría nacional. Me refiero a Susi Díaz, en Elche, y a Quique Dacosta en Dénia.
Un campo muy especial es el de los «coach». Pues bien, en Alicante vive uno de los más brillantes de España, Luis Galindo, que con su mujer Sonsoles interactúa con los mejores y mayores empresarios españoles. Les ayuda a crecer; los que se dedican a ello facilitan a los empresarios utilizar sus puntos fuertes y crecer, y también nos ayudan a los demás a encontrar nuestras mejores fortalezas, utilizarlas, fijar bien nuestras metas y cómo alcanzarlas. Su actividad se desarrolla en las mejores empresas de nuestro país, y el que le oye queda contagiado de sus mensajes, como él propone hacer que queramos ser la mejor versión de uno mismo.
Posiblemente no conozca a Alfonso Puchades. Fue el primer decano de la Facultad de Medicina de nuestra universidad. Entonces había pocas en España, y no había rankings claros para ordenarlas por categorías. Las de muy buen nivel conseguían que sus médicos recién titulados pudieran elegir las primeras plazas para la formación Mir. Entonces Alicante encabezaba la lista. Él ha desarrollado también una impresionante actividad de voluntariado en países africanos, llegando incluso a crear en alguno de ellos una escuela sanitaria. Antonio Gil Olcina fue rector de la Universidad de Alicante. Corrían los años 70 y Alicante sólo contaba con un CEU, colegio de estudios universitarios, los jóvenes que querían ir a la universidad debían desplazarse a Valencia. El conseller de Educación, Joaquín Colomer, autorizó la implantación de la universidad en nuestra provincia. El que pilotó aquella nave fue Gil Olcina. Y fue capaz no sólo de ponerla en marcha sino de desarrollar actividades en el campo de la meteorología, dejando tras él una gran escuela.
También citaré a Andrés Pedreño, que además de uno de los grandes rectores de nuestra universidad y gran impulsor de la idea de «Alicante, smart city», puso en marcha la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, que permitió difundir la cultura en lengua castellana en todo el mundo.
Coincidirá conmigo en que pocas personas conocen tan a fondo la realidad de nuestra provincia como Juan Ramón Gil, pero lo más importante es que está a su servicio; su reflexiones y comentarios sobre ella son muy racionales, inteligentes, agudos y llenos de deseo para que progrese. Ha dirigido con sensatez nuestro mejor medio de comunicación, el periódico Información, y desarrollado la televisión local.
Alicante ha sido de las ciudades que mejor ha trabajado para recuperar la vida de los adictos a las drogas. Aquí una ONG, Proyecto Hombre, lleva trabajando con gran eficacia en ese terreno. En él ha sido clave la figura de Ana Robles, que se mantuvo durante quince años al timón de la misma. Había entrado en ella de voluntaria, pero su dedicación, esfuerzo y eficacia la llevaron a dirigirla. Tuvo que convencer a algunos alicantinos que no querían que un centro así se instalara cerca de sus casas, lo ubicó finalmente próximo a la desaladora y consiguió ayudas para construir un magnífico edificio que albergara a unos y permitiera atender a otros externos. El resultado de su gran gestión ha sido que docenas de los llamados usuarios han recuperado su vida y con ellos las de sus familiares.
En el terreno de la generosidad también quiero incluir el papel que viene desarrollando Nito Manero, que preside APSA para ayudar a los disminuidos psíquicos.
Comento también algún aspecto del mundo cultural. Alicante no lo había desarrollado hace unos treinta años. Fue cuando, iniciado por Margarita Borja, seguido por Fanny Gámir y luego Pilar Poveda se puso en marcha la Sociedad de Conciertos para la promoción de la música clásica y el Teatro Principal se convirtió en la cuna en la que ese bebé creció. Muy buenos solistas nos visitaron, y aunque el mundo de las bandas era potente en nuestra comunidad, los otros perfiles musicales y la música clásica se adueñaron de la ciudad. Años después el proyecto cultural-musical se enriqueció con la figura de Manuel Desantes, catedrático de Derecho Internacional de nuestra universidad que puso en marcha con gran éxito los máster de guitarra clásica, que con Luis Corno buscaron que Alicante se conozca en el mundo como la capital mundial de la guitarra clásica, apoyándose en que nuestra ciudad ha contado con grandes fabricantes de este instrumento.
También resaltaría la figura de Enrique Barreneche, que desarrolló Fundesem, una escuela de negocios en la que muchos podían formarse y los empresarios adquirir una cultura muy sólida para el desarrollo de sus empresas.Posiblemente desconozca que alguien importante en el montaje informático de los Juegos Olímpicos de Barcelona fue otro afincado en Alicante, Fernando Pastor.
También conviven con nosotros Concha Bru, directora de la Universidad Permanente de la Universidad de Alicante, posiblemente la más valorada en España en este terreno, y Eugenio Triana, otro de nuestros vecinos, que ya gana en la liga de la vida pues ha sido el introductor de internet en España.
He sido muy rico, he conocido a muchos de ellos. Seguro que hay otros muchos más que no cito porque no conozco, pero que sin duda están ahí. A todos ellos, muchas gracias.
