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Propuestas para mejorar la sociedad

Conseguir el objetivo de construir entre todos una sociedad mejor que nos permita crecer y ser felices, requiere más de un cambio de actitud por nuestra parte que el del aporte de ingentes cantidades de dinero

Propuestas para mejorar la sociedad

Ya sabe que con frecuencia los partidos políticos se paran, y en vez de discutir quién ostenta de ellos el poder se dedican a reflexionar y hacer propuestas. Yo no tengo nada que ver con los partidos políticos e imagino que la mayoría de los lectores de este periódico tampoco; y lo digo por el número conocido de sus afiliados, que es tan bajo que si tuvieran que funcionar con el dinero de las cuotas que recogen de sus inscritos, la mayor parte de ellos, si no todos, tendrían que cerrar y echar la puerta.

Pero ello no evita que hoy yo me dedique a hacer algunas propuestas; su meta es clara: construir entre todos una sociedad mejor que nos permita crecer y ser felices.

Empiezo con la ley de la memoria histórica. El tema puede ser importante pero su contenido ya es pasado y no se puede cambiar. Propongo que elaboremos una nueva norma que sea muy respetuosa con lo sucedido, y que sin duda tiene varias interpretaciones, pero que concentremos nuestros esfuerzos en una nueva línea: en vez de memoria, renacer. Debemos unirnos para construir una sociedad que nos acoja a todos, en la que impere la ilusión y se favorezca la convivencia.

Tengo profundo respeto por los agraviados, y una vez más apelo a su generosidad; antes pusieron los daños o los muertos y ahora les pido que ofrezcan perdón. Con ello demostrarán una vez más su grandeza y favorecerán la reconciliación. Me quedo ahí, no sugiero que liberemos a los asesinos de hoy, además de injusta probablemente cayéramos en un efecto llamada, y aunque me gusta poco penalizar es posible que hacerlo tenga un efecto disuasorio.

Otra propuesta tiene que ver con el respeto por nuestro planeta, el que debemos dejar en herencia a nuestros sucesores. Yo propongo que se premie su preservación, por ejemplo, evitando el efecto invernadero. Ello supondría bajar impuestos a los que no contaminan, por ejemplo, usando coches eléctricos o generando su propia energía limpia, que podía ser colocando paneles solares en sus casas, y eso sí, como también hay que preservar la belleza del entorno deberían colocarse en patios o techos que no son visibles desde el exterior. Usted puede preguntarme: ¿y qué hacemos con las vacas? ¿las eliminamos? Es conocido que con sus excrementos contaminan, pero debemos hacer una excepción porque con su leche y carne nos alimentan, hacen que disminuya el hambre en el mundo actual, lo que es importante.

Otra propuesta que hago es aumentar nuestra tolerancia con las minorías. Al serlo, su vida debe ser más compleja que para el resto de los humanos. A mi vez les pediría a ellos que sean tolerantes y comprensivos con las mayorías; que abandonen el orgullo o la prepotencia que algunos exhiben, y que jueguen a la integración. En cualquier caso, yo valoraría el papel que ellos juegan en hacer este mundo más diverso y variado, con lo que lo enriquecen.

Para aumentar la integración propongo favorecer las relaciones humanas. Se ha dicho que ese es un punto fuerte de nuestra sociedad, y sin duda es así, pero también es susceptible de mejorarse. Usted ¿No ha notado lo que hacen con sus caras u ojos cuando varios coinciden en un ascensor? No saben dónde mirar, lo hacen al techo o al suelo, otros miran el reloj; desdichadamente muchos ya no nos saludan, no se oye el «buenos días». Estos comportamientos serían fáciles de cambiar si nos lo proponemos.

Otra propuesta fácil de hacer y difícil de conseguir es acabar con las desigualdades, aunque lo iniciemos en el terreno de lo material. Me sorprende que ya hace muchos años casi todos los partidos políticos lo llevan en su agenda de propuestas, pero no consiguen materializarlas. La propuesta más sencilla es que los que más ganen más impuestos paguen. Pero no nos engañemos, las empresas buscan donde pagar menos y allí se localizan. Los paraísos fiscales son mundialmente aceptados, posiblemente es el capital el que mueve al mundo, incluso en los países que llamamos comunistas, y ya se sabe, sin empresas no hay trabajo ni economía sostenible. Imagino que se avanzará lentamente; yo sin duda no lo veré, pero si nos ponemos en marcha acortaremos el tiempo hasta su consecución.

Otra propuesta tiene que ver con desarrollar la educación, fomentar la cultura. No se puede discutir que tenemos por primera vez en la historia un colectivo de jóvenes bien formados, con formación universitaria. Y también con una sociedad que mayoritariamente sabe leer y escribir, tiene una educación básica. Pero sin duda es insuficiente, yo propongo que mejoremos su educación, ello no tiene que ver con saber reglas gramaticales o geometría, es más, para la vida diaria deben saber ser buenos ciudadanos, buenos hijos o padres, responsabilizarse en preservar su salud, o cómo actuar si caen enfermos. Nadie duda de que la salud es posiblemente nuestro bien más preciado, pero con frecuencia la descuidamos, y cuando caemos enfermos incumplimos lo que se nos indica como mejor tratamiento. El primer paso para mejorar la situación es reconocer que debemos cambiar y comprometernos en hacerlo.

Si lo piensa, muchas de estas propuestas requieren más de nuestra actitud, que debe cambiar, que del aporte de ingentes cantidades de dinero. ¿Porque no nos ponemos en marcha?

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