Siempre le ha gustado viajar. A España llegó como turista 1998, con poco más de 18 años. Regresó a casa, en Alejandría, una ciudad del norte de Egipto, en la zona más occidental del delta del Nilo, sobre una loma que separa el lago Mariout del mar Mediterráneo. A finales de la década de los noventa, Teresa Shawky Nagib y su marido trasladaron su residencia a España; primero se afincaron en Barcelona, pero el clima no era el más recomendable para Teresa, su hija, recién nacida.
Encontraron una vivienda en Elche y, un años, más tarde, la mujer quedó maravillada de una zona residencial del norte de Alicante llamado «Cuatrocientas Viviendas», un complejo de 16 torres construido entre 1968 y 1973 diseñado por los arquitectos Manuel Mora, Enrique Roque y Félix Palacios. Los pisos, entre tres y cuatro dormitorios, fueron ocupados por familias trabajadoras procedentes del centro de la ciudad, de Torrevieja y de otras provincias del país. Los vecinos se encargaron de realizar las zonas ajardinadas que rodean los edificios y que contribuyen a dar una agradable imagen al barrio. Teresa y su hija ahí viven desde 2002. Reconoce que el lugar para establecerse también le gustó por la cercanía con la iglesia Virgen del Carmen, a la que acude cada mediodía de domingos y festivos.
Esta mujer nació en el seno de una familia de clase media inscrita en Iglesia Católica Copta. Su padre trabajaba como ingeniero civil siempre vinculado a las carreteras; la madre se ganó la vida como profesora de Arquitectura en la Universidad de Alejandría, en aulas en las que estudió siglos atrás un tal Arquímedes. Teresa es ingeniera informática, aunque poco ha ejercido su profesión. Tras varios trabajos esporádicos, estudió auxiliar de farmacia en un curso online.
Desde hace diez años trabaja como manceba en la botica que hace 45 años abrió en las «Cuatrocientas Viviendas» Antonio Redondo Pastor y que en la actualidad regenta su hija, María Teresa.
Está perfectamente integrada en el «mejor barrio de Alicante», en el que es secretaria de la Asociación de Vecinos que preside otra luchadora, Rosa Muñoz Bufaron.
En el residencial viven algo más de 1.500 personas, en su mayoría de edad avanzada. El 14% de la población es inmigrante.
Las viviendas tienen deficiencias internas y necesitan algunas reformas. Los vecinos intentan recabar subvenciones para rehabilitar los edificios, ya que la mayoría de los moradores es gente humilde, mayores y, en muchos casos, con pagas pequeñas. Los vecinos de algunes bloques tienen problemas para mantener los dos ascensores, «pues hay gente que no puede pagar la comunidad», asegura Teresa Shawky.
Se siente feliz con su modo de vida, con su trabajo y, en especial, junto a su hija, una universitaria de 18 años que compaginas estudios de Económicas y de Ciencias Políticas en las universidades de Alicante y Miguel Hernández.
No tiene más familia en España. Sí en Alejandría, donde viaje cada dos años. Allí reside su madre; el padre está enterrado en el cementerio de Alicante.
Le gusta viajar desde niña. Es la manceba católica y comprometida del barrio de «Cuatrocientas Viviendas».
