Su labor va más allá de la enseñanza y ha recibido el reconocimiento de Europa. Los profesores de las ocho aulas hospitalarias de la provincia trabajan no sólo para que los niños hospitalizados no pierdan el ritmo de sus estudios, también para que por unas horas cada día se olviden de su enfermedad y vuelvan a la normalidad de los libros, los cuentos y los juguetes. Se trata de menores con enfermedades graves, que en muchos casos pasan largas temporadas alejados de su casa, de sus colegioss y de sus amigos. El hospital ofrece así un espacio donde se realizan actividades pedagógicas y lúdicas y en el que los maestros se convierten en un soporte emocional para los niños y sus padres. Las aulas hospitalarias atienden a menores desde los tres años a adolescentes, y sus maestros se desplazan a las habitaciones cuando por indicación médica los niños no pueden salir de ellas.
Noviembre