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Sugerencias para ser feliz

Honradamente, aunque soy médico no tengo fórmulas ni pastillas que permitan ser feliz. No obstante, algunas reflexiones, que hoy le transmito, creo que pueden ayudar a serlo.

Posiblemente las encuentre muy dispares; no obstante, no dudo que, en su vida, tendrá muchas circunstancias u ocasiones de aplicarlas.

Conviene aprender que nuestra grandeza viene, no por lo que tenemos, sino por lo que somos. Si lo piensa ha habido muchos pobres que a la vez han sido gente muy grande.

Es muy útil avanzar, aunque el camino se ponga cada vez más difícil. El esfuerzo es clave para alcanzar las metas.

La felicidad es más fácil que la alcancen las personas que todos los días dedican un poco de tiempo para ellas mismas. También las que dejan el pasado atrás, y miran hacia delante. El pasado puede ser un lastre, porque todos cometemos errores. No permitas que alguno de ellos frene tus avances.

Saben que no descubrirán el Mediterráneo ni escribirán el Quijote, otro lo ha hecho por ellos, pero cada día podrán disfrutar de los bellos paisajes del entorno donde viven, y podrán escribir, y con mayúsculas, el libro de su vida. Una vida que viven con plenitud.

Ignoran lo que es el rencor; cuando alguien les hace mal ellos perdonan.

Aquellos que suelen ser agradecidos con lo que tienen en el presente. Si lo piensa, tiene muchísimo más que otros que habitan en este planeta.

No entienden lo confuso que es el verbo compartir; por un lado parece ser partir algo con alguien, y a la vez supone que la otra persona y el mismo tienen más.

Y no temen pedir ayuda si lo necesitan. Si lo hacen, seguro que encuentran quien se la ofrece.

O con energía se enfrentan a sus miedos. Estos se funden como el hielo en cuanto los encaran.

Se despiertan todos los días con gran ilusión, sabiendo que les esperan nuevas oportunidades; es así porque todos los días aprenden algo nuevo.

Los que saben que con pequeños esfuerzos se alcanzan grandes logros. El dicho dice que poco a poco hila la vieja el copo.

Muchos de ellos acostumbran a valorar sus errores no como fracasos, sino como aprendizaje y nuevas oportunidades, lo cual les permite ascender o subir.

También son los que visualizan con claridad sus objetivos cada día. Se fijan metas y tratan de alcanzarlas. Y si pueden ayudar a otras personas, lo hacen. Y disfrutan haciéndolo. No lo dudes, esa ayuda les proporciona felicidad.

Muchos han aprendido que el sentido del humor y la ironía son las mejores armas para luchar contra los prejuicios, la intolerancia y el fanatismo. Ello junto a la idea de que la verdad no es un dogma y suele resultar de una reflexión compartida.

Son personas que piensan que lo importante son los actos, más que las ideas que los justifican o los principios morales que los dirigen.

Están convencidos de que a veces hay que andar por caminos difíciles para llegar a destinos maravillosos.

Y saben bien que algunas lecciones de la vida se aprenden en los momentos más difíciles. Superarlos ofrece dos logros, el hacerlo y lo que enseña.

No se empeñan en tener razón. Y en el diálogo escuchan.

Para ellos es fácil meterse en la piel de los demás. Son empáticos potentes.

De hecho, piensan que son muy ricos si pueden dar mucho. Y suelen pensar que tienen mucho, y también que es mucho lo que les sobra.

Son transparentes, tienen muy cerca lo que piensan, lo que dicen y lo que hacen. No fingen ni mienten. Ser sinceros puede ser su bandera.

Sufren con el dolor ajeno, y desean compartirlo con quien lo padece. Son altamente compasivos.

No creen ser mejores o más grandes que los demás, sólo uno más.

No se quejan, viven con alegría su presente y afrontan con mucho ánimo el futuro.

Están convencidos de que la mayor belleza es la interior, y son capaces de verla en lo más profundo del cuerpo de los demás.

Piensan más con el corazón que con la cabeza. Así entienden mejor al mundo.

Disfrutan con todo y en todo momento.

No necesitan un gps pues saben conducir su vida por los mejores caminos.

Ante todo, son humanos, y muchas veces muy espirituales.

Tienen claro que hay que compartirlo todo, pero sobre todo los afectos, el cariño y el amor. Son como medicamentos, cada uno de ellos con mayor potencia para conseguir la felicidad.

Valoran sus actos como pequeños éxitos cada día, ello les ayuda a alcanzar la meta.

Saben desandar los caminos, pues a veces para llegar a la cima no es el más corto el mejor.

Ignoran lo que es la violencia, nunca la aplican y nunca la usarán.

Saben bien que la felicidad depende en gran medida de nuestra mente.

Han aprendido a esperar, pues no todo se consigue a la primera, y con facilidad. Y también a separar lo que puede y lo que debe hacerse, pues no siempre debe hacerse todo lo que se puede.

De hecho, se sienten afortunados porque en la vida todo les ha costado mucho.No saben odiar, no lo han aprendido ni lo aprenderán. En su lugar tratan de entender, y muchas veces perdonar.

Piénsese si algunas de estas sugerencias pueden serle útiles, en ese caso utilícelas, y hágalo con la mayor frecuencia que pueda; no hay píldora que dé la felicidad, lo que más se le aproxima no es un medicamento: es dar o recibir amor.

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