El yihadismo ha golpeado Cataluña en 2017 con los atentados de Barcelona y Cambrils, que causaron quince muertos en la peor matanza en España desde el 11M, un ataque que tensó el pulso entre el Gobierno y la Generalitat en vísperas del 1-O, con los Mossos en el epicentro de la disputa. Con la alerta antiterrorista en el nivel 4 de una escala del 1 al 5, las fuerzas de seguridad han detenido este año en España a 74 supuestos yihadistas (41 en 2016) y han reforzado la vigilancia en puntos sensibles, como estaciones de transporte e infraestructuras básicas.
Younes Abouyaaqoub, un joven de 22 años y vecino de Ripoll (Girona), fue quien causó el terror en Barcelona cuando el 17 de agosto embistió con una furgoneta a decenas de personas que paseaban por la Rambla, en un recorrido de 650 metros en el que mató a trece personas y lesionó a más de un centenar. En su huida mató a una persona más.
Los Mossos vincularon el atentado con la explosión que la noche anterior hizo saltar por los aires una vivienda de Alcanar (Tarragona) y lanzaron un mensaje de tranquilidad. Sin embargo, horas después, cinco terroristas arrollaron con un turismo a varias personas en Cambrils causando un muerto más hasta que fueron abatidos.
