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Retratos urbanos

Ángel Pascual, un médico bueno

Sus dos abuelos tuvieron que huir de Franco. El paterno acabó en el penal; el materno, con un exilio forzoso a México. Al primero no pudo conocerlo; del segundo guarda bellos recuerdos.

Ángel Pascual, un médico bueno

Hijo y nieto de médicos, Ángel Pascal Mora (Alicante, 1951) creció correteando las calles céntricas de la ciudad junto a su primo Gaspar Mayor, en el seno de una familia de honda tradición republicana. Estudió con los hermanos Maristas hasta los diez años; se hizo bachiller en el instituto Jorge Juan y, como mandaba la tradición, fue a parar con sus risas y bromas a la Facultad de Medicina de Valencia. Otro médico más en la familia.

Vivió y disfrutó casi siete años en Valencia junto a su primo Gaspar, Juan Marcos y tantos otros. Recién licenciado y con sus primeras prácticas en la consulta de su padre, Ángel Pascual Megías, el nuevo galeno fue reclamado por el ejército de Marina para cumplir con la patria. Nunca embarcó; se metió como meritorio en el Hospital Militar de Cartagena.

Su progenitor, médico especialista en aparato digestivo, inauguró, en 1956, el Hospital General de Alicante, donde llegó a ser durante dos décadas responsable del servicio de Medicina Interna. En este departamento Ángel Pascual Mora creció como médico residente. Durante casi veinte años fue coordinador del servicio de Urgencias de un centro sanitario que, hasta el nuevo milenio, fue referente en la provincia alicantina. Ahí conoció a su mujer, Carmen Esteban, una enfermera alcoyana que desempeña las funciones de supervisora desde hace años.

Ángel pasa ahora consulta en el Centro de Especialidades de Babel. Sin bata, atiende a cerca de una treintena de pacientes en cada jornada. Mantiene abierta su consulta privada.

Los orígenes de la familia Pascual proceden de La Nucía. El bisabuelo del clan, Salvador Pascual Cabot, boticario de formación, abrió su farmacia en una esquinita de la calle San Francisco. Uno de sus hijos, Ángel Pascual Devesa (Finestrat 1890-Alicante 1950), ejerció como médico pediatra durante la segunda república. Uno de sus hermanos, Andrés, pereció en el bombardeo del Mercado Central el 28 de mayo de 1938. Pascual Devesa fue uno de los fundadores de las Hogueras de San Juan, vicepresidente del Ateneo, punto de encuentro de personas de vocación progresista y republicana durante la dictadura de Primo de Rivera. En 1930 fundó Acción Republicana; más tarde se incorporó a Izquierda Republicana y se integró como miembro activo en la logia masónica «Constante Alona». Fue detenido a los tres días de finalizar la Guerra Civil por un delito de «auxilio a la rebelión», recuerda su nieto, y fue encarcelado en los penales de Chinchilla y Ocaña. Pasó diez años en prisiones y acabó en el Reformatorio de Alicante. Enfermo de gravedad, Pascual Devesa fue liberado. Falleció en 1950 en la finca familiar «Villa Vicenta».

El abuelo materno de Ángel Pascual, Agustín Mora Valero, abogado de carrera, regentó varias ferreterías heredadas, la principal sita en la calle Castaños, y propietario de varias fábricas de cemento. También fue masón y republicano. Cuando las tropas franquistas se acercaban a Alicante trató de escapar al exilio en el barco Marítima. Sin embargo, fue interceptado y apresado. Fue juzgado en 1940 y condenado a 50.000 pesetas, inhabilitación política y confinamiento a Canarias durante 15 años. El Tribunal de Responsabilidades Políticas le acusó de ser «un destacado dirigente marxista». Huyó a México después de pasar por un campo de concentración en Francia.

Pudo volver a Alicante, donde recuperó algunos de sus negocios. Aunque le habían sido confiscados sus bienes, el gobierno franquista se los devolvió al pagar la multa.

De vuelta a la democracia volvió a afiliarse a un partido republicano, en este caso el Acción Republicana Democrática Española. Falleció a los 83 años, en 1982.

Ángel Pascual Mora representa a la tercera generación de médicos. Vela por la tradición familiar el sobrino de nuestro personaje, Enrique de Madaria Pascual, que, desde temprana edad, es un reconocido gastroenterólogo que tiene sus miradas puestas en las enfermedades del páncreas.

Ángel, el médico sin bata blanca sigue en la brecha. Se siente de izquierdas y republicano. Pero poco entiende de diferencias entre las personas ni en sus ideas.

Es un médico bueno.

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