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Retratos urbanos

El paisajista del espacio perdido

Este joven hombre puede vivir de lo que ama: la naturaleza. Rescata espacios perdidos y los mete en urnas que diseña con muchísimo amor

Alejandro Ríos Martín Alicante ( 1989). Tiene pareja Una hija (Vera) de sólo seis meses Paisajista experto en terrariofilia Jardinero minimalista autodidacta

Este hombre ha logrado vivir de su pasión: la naturaleza. La mantiene viva en paularios, pequeños jardines metidos en urnas de cristal, que le permiten rescatar parte del entorno natural perdido en un espacio cuidado con detalle.

Alejandro Ríos Martín nació en Alicante hace 28 otoños. Estudió en el colegio La Neja y en el instituto Miguel Hernández. Con el graduado escolar en el macuto se puso a estudiar mecánica y trabajó tres o cuatro años reparando motocicletas. Cinco años antes su familia se trasladó a Sant Joan para mejorar la respiración de Álex, afectado por el asma, y en cuya vivienda su padre, José Luis, tenía como afición cuidar y mirar a peces y reptiles. Pronto empezó el chaval a decidir su futuro. A temprana edad observaba atentamente plantas, insectos y algún que otro batracio, mientras sus amigos jugaban a la pelota o al escondite. Eligió su forma de vida, mientras que participaba en carreras de motos para cachorros en circuitos urbanos de la Comunitat. En una prueba disputada en Castellón, Álex dejó su moto y acabó en la ribera de río para contemplar las cosas que en ese entorno natural se producían.

Ahí sigue dos décadas más tarde, con sus plantas y sus figuraciones enjutas en vitrinas iluminadas: piedras, tierra, musgo y troncos. Es un experto en paludarios, que con sus manos fabrica y mantiene. Reivindica los bosques y los prados perdidos, como el desafío de la sociedad a los campos de Sant Joan que de niño visitaba cada día en busca de raíces, ranas y de todo lo que se moviera.

Se define como paisajista especializado en la terrariofilia. Lucha con empeño para aportar sus criterios ante la imperfección a la que está presa la naturaleza por la mano y el interés de los humanos. «Tenemos que devolver el espacio que le hemos quitado a la tierra», asegura. Inspirado en la obra del fotógrafo y acuarista Takashi Amano, ya fallecido, Álex pinta cuadros frescos entre marismas y lagunas; entre las malas hierbas, el agua, la piedra y la tierra. Siente respeto por Ángel Febrero, un artista madrileño que trabaja con la naturaleza como fuente de inspiración.

Álex es un creador natural de enanos paisajes: cuadros vivos en los que hojas, musgos y raíces aéreas brotan como recién paridas. Reflejos directos de una naturaleza salvaje y, al mismo tiempo, amable. Cuida con esmero la composición de cada escena para trasmitir emociones a sus clientes.

La capacidad expresiva de sus obras crece lentamente con suave sonido del agua, que cala y gotea por hojas, musgos y piedras volcánicas. Es el paisajista del espacio perdido y arrasado.

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